Mucho se habla estos días de el nepotismo y el favoritismo que viene con los apellidos de padres conocidos en la industria del entretenimiento, y Sunday Rose Kidman Urban se ha convertido en uno de los nombres más observados —y comentados— del nuevo panorama de la moda.
La hija de Nicole Kidman y Keith Urban ha entrado oficialmente en el circuito de la moda y lo que resulta interesante es cómo la joven ha decidido construir su camino lejos del cine y la música, apostando de lleno por el lenguaje visual, conceptual y estético de la moda actual.
© Getty ImagesLa trayectoria de Sunday Rose
A diferencia de otros nepo babies que caminan entre alfombras rojas y proyectos actorales, Sunday Rose ha encontrado en las pasarelas y en la imagen editorial un camino propio. Su debut como modelo no pasó desapercibido: su participación en el desfile de Miu Miu en el 2024 la colocó inmediatamente en el radar de la industria. No solo por su apellido, sino por una presencia que encaja perfectamente con la narrativa actual de la moda: una belleza etérea, con un aire intelectual que conecta con las nuevas generaciones y con el tipo de musas que las casas de lujo buscan hoy.
© Launchmetrics SpotlightEse interés no se quedó ahí. Recientemente, Sunday Rose fue elegida para protagonizar la más reciente colección de Jonathan Anderson en Dior, uno de los diseñadores más influyentes y respetados del momento. Anderson, conocido por su ojo curatorial y su habilidad para detectar nuevos rostros con potencial simbólico, no suele tomar a la ligera el casting de su equipo. Su elección habla de una modelo que no solo funciona visualmente, sino que comunica sensibilidad y frescura, mismas que se alinean con el presente de la moda conceptual.
© @jonathan.andersonSu reciente invitación a los Fashion Awards en Londres terminó de consolidar esta narrativa. Lejos de verse como “la hija de”, Sunday Rose se presentó como una figura que promete despegar en el futuro , pero ya legitimada por los códigos correctos: diseñadores relevantes, plataformas adecuadas y un crecimiento cuidadosamente dosificado. En un mundo donde la sobreexposición suele jugar en contra, su carrera parece avanzar con una estrategia clara y elegante.
Aunque el debate del nepotismo es inevitable y Sunday Rose es, sin duda, una nepo baby, la moda —a diferencia de otras industrias— tiene una lógica propia: el apellido puede abrir la puerta, pero no sostiene una carrera. Las pasarelas, las campañas y el interés real de diseñadores y editores solo se mantienen cuando hay algo más que aportar: actitud, presencia y capacidad de encarnar una visión creativa. Y en esas circunstancias, Sunday Rose ha demostrado tener con qué.
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© Launchmetrics SpotlightLo que resulta más interesante es que su proyección no apunta a una fama fugaz. Su perfil encaja con el tipo de modelo que domina el futuro de la industria: menos espectáculo, más concepto; menos perfección clásica y un poco más personalidad. Todo indica que estamos frente a una figura que crecerá junto con la moda misma, convirtiéndose en uno de esos rostros recurrentes que definen una era.
Sunday Rose Kidman Urban no está replicando el camino de sus padres, está escribiendo el suyo propio. Y si algo queda claro hasta ahora, es que la moda ya la adoptó como una de sus nuevas promesas más serias.
