Nada en la historia de Roberto Coin ha sido fruto del azar. Su camino profesional comenzó en el mundo de la hotelería, pero fue en la joyería donde encontró su verdadera voz: un espacio donde la tradición se transforma en innovación y cada detalle se trabaja con precisión artesanal. Desde 1977, su firma homónima ha dado vida a piezas que trascienden el tiempo —joyas que combinan creatividad, sensibilidad estética y lujo—,consolidando su nombre como un referente internacional de la joyería italiana.
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Hoy, la histórica “Ciudad del Oro” estrecha lazos con Latinoamérica de la mano de Claudia Álvarez, actriz mexicana cuya elegancia natural y energía magnética la convierten en la embajadora exclusiva de la firma en México. Su nombramiento, que se suma al de Dakota Johnson como embajadora global de la marca, refleja la vocación de Roberto Coin por encontrar en mujeres reales la esencia que inspira sus creaciones: fuerza, autenticidad y sofisticación.
En esta última campaña, Claudia se sumerge en el universo de "Venetian Princess", su colección favorita, y encuentra en ella un espejo de su propio estilo. Inspirada en la ciudad que vio nacer a la firma, cada pieza rinde homenaje a la riqueza arquitectónica y la belleza atemporal de Venecia. Su icónica flor de cuatro pétalos —reinterpretada en distintos materiales y tonalidades— evoca los ornamentos clásicos de los palacios venecianos y esconde un rubí secreto, símbolo de amor, pasión y buena fortuna. Así, cada pieza se convierte en un amuleto cargado de historia y emoción.
"Las joyas que me pongo son muy importantes para mí porque me representan, como un símbolo", comparte Claudia. "Amo todas las piezas de Venetian Princess. Cada pieza brilla por sí sola y atrae la atención… pero siempre con un aire clásico que nunca pasa de moda".
Más que un nombramiento, esta alianza entre Roberto Coin y México se presenta como un puente entre culturas y comprueba que la joyería puede hablar un lenguaje universal: uno hecho de historia, belleza y personalidad. "Siento que todo se alineó perfectamente en mi vida. Me siento profundamente conectada con la firma y con sus valores", concluye Claudia Álvarez, dando cierre a un capítulo donde la herencia veneciana y el encanto mexicano se entrelazan en perfecta armonía.
