Fue en la década de los años cincuenta cuando una de las que sería una de las mejores actrices del Old Hollywood comenzaba a establecer su carrera actoral. En ese entonces, Audrey Hepburn tenía tan solo 25 años, pero ya estaba ganando la atención pública por su carisma y talento en la pantalla grande con proyectos como Vacaciones en Roma. Por esos años, Audrey aún no era el ícono de moda que sigue siendo hasta el día de hoy, pero su vida estaba a punto de cambiar al cruzar caminos con el prestigioso diseñador Hubert de Givenchy.
Es bien sabido que Hepburn siempre tuvo una fascinación especial por las piezas diseñadas por Givenchy. Tanto así que pudimos verla recibir su Oscar a “Mejor Actriz” con un vestido de la firma. Pero el gusto de la actriz por la casa de moda no estaba solo conectado con su sentido estético, sino también con una profunda amistad que comenzaría a inicios de su carrera y se extendería hasta el día de su funeral –donde Hubert fue uno de los anfitriones junto a la familia de la actriz–.
Así fue la amistad entre la actriz y el prestigioso diseñador
Cuando Audrey Hepburn terminó de grabar Vacaciones en Roma y estaba a punto de comenzar su nuevo proyecto en Sabrina, sabía que necesitaba un guardarropa al nivel de la carrera que soñaba con formar. Por eso buscó directamente a Hubert de Givenchy, fundador de la firma, para poder trabajar juntos.
Lo que Hubert recibió fue un mensaje de parte de la “Señorita Hepburn” para reunirse con él. Cuando la conoció, se impresionó por lo joven y dinámica que era. Audrey le confesó entonces que su plan era que fuera él quien diseñara todas las piezas que llevaría en Sabrina. Sin embargo, Hubert la rechazó, señalando que no hacía trabajos a la medida.
Después de grandes insistencias de la joven actriz, el diseñador accedió a recibirla en su taller únicamente para que ella pudiera ver de cerca su trabajo. Tal como él lo contó en diversas entrevistas: “Audrey llegó, entró con una camiseta de rayas y unos pantalones y se probó algunas muestras”. Antes de irse, Audrey hizo algo poco común para las mujeres de la época, pero que fue clave para el inicio de su amistad: lo invitó a cenar.
Fue en ese momento cuando Givenchy decidió trabajar de la mano de Audrey para la cinta, dando inicio a una colaboración que los llevaría a crear moda para películas como Cenicienta en París, Desayuno con diamantes, Charada y más. De hecho, Audrey estableció contratos donde estipulaba que solo el diseñador podía vestirla.














