Una de las embajadoras más icónicas de Chanel, Carlota Casiraghi, fue una de las invitadas de honor al desfile con el que la maison de más de un siglo inauguró una nueva era bajo la dirección creativa de Matthieu Blazy, tras varias temporadas en las que el puesto permaneció vacante.
El desfile, celebrado en París en el marco de las últimas jornadas de la Fashion Week, reunió a una exclusiva lista de invitados —desde musas de la firma hasta nombres clave del universo del lujo— y marcó un momento decisivo para la casa francesa.
Blazy, de 41 años, llega con una trayectoria impecable: antes de asumir este cargo, lideró el renacimiento de Bottega Veneta y colaboró con casas como Maison Margiela y Céline, consolidando un estilo contemporáneo, sofisticado y profundamente artesanal.
Con una propuesta que reinterpretó los códigos clásicos de Chanel desde una óptica moderna, el diseñador conquistó al público con siluetas limpias, materiales nobles y una energía más fresca y urbana. Entre los asistentes, una de las apariciones más comentadas fue la de Carlota, quien reafirmó su lugar como referente de estilo con un look inesperadamente rocker, perfecto para el otoño y en sintonía con la nueva actitud que respira la casa.
El lado más rock chic de Carlota Casiraghi
Aunque solemos verla con atuendos de gala de aires bohemios y looks muy femeninos, hay ocasiones en las que el estilo de Charlotte se sale de sus propias normas. Esta vez sorprendió al apostar por una estética más arriesgada y moderna, en la que la prenda protagonista fue una chamarra de cuero que, sin duda, se perfila como un must de la temporada.
Su elección, una oda a la sencillez, destacó entre un mar de trajes de tweed y perlas. El atuendo de la hija de Carolina de Mónaco —firmado, por supuesto, por Chanel— consistió en un top negro de corte básico y unos jeans carrot fit también negros, ligeramente deslavados.
Tacones a juego completaron el estilismo, pero el toque más llamativo fue su chamarra de cuero: de corte clásico, pero en un tono borgoña intenso que rompió con el negro total del resto del outfit. Un guiño de color que aportó carácter y que confirma que Carlota no teme reinterpretar su elegancia natural desde una perspectiva más rebelde.