Por fin llegó uno de los debuts más esperados en la Semana de la Moda italiana. Louise Trotter se estrenó como la heredera de Matthieu Blazy —el ahora director creativo de Chanel— en una de las casas más relevantes de la moda contemporánea.
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Aunque existía la incógnita sobre la dirección que tomaría Bottega Veneta tras este cambio, después de presenciar su primer desfile, la respuesta es clara: una propuesta “back to basics”. Louise Trotter retoma los códigos clásicos de la maison para reinterpretarlos a su manera, manteniendo intacta la esencia que define a la marca.
Una nueva era para la firma
Louise Trotter llega con un currículum sólido en la industria de la moda. La diseñadora trabajó para firmas como Lacoste y GAP, pero asumir la dirección creativa de Bottega Veneta supone un reto mayor por el nivel de complejidad y sofisticación que implica una casa de lujo de este calibre.
Fiel a la identidad de la firma, Trotter enfatiza la artesanía impecable y la atención al detalle. Juega con materiales de primer nivel para ofrecer una colección de la más alta calidad. Reinterpreta el intrecciato, el emblemático tejido de la casa, como un lenguaje visual de unión, una metáfora de fuerza y continuidad que reafirma la solidez de la marca.
El icónico nudo de Bottega, que usualmente aparece en metales, se transforma bajo su visión: ahora se suaviza en piel y adorna accesorios como bolsos, cinturones y cuellos, aportando un aire más orgánico y contemporáneo.
El protagonista de la colección: las texturas
Si bien el intrecciato es uno de los sellos más reconocibles de Bottega, para Trotter no resulta suficiente. Su apuesta es ampliar el universo de texturas, experimentando con diferentes tipos de pieles y acabados. Estos no solo se reflejan en accesorios, sino también en piezas de indumentaria como abrigos, chaquetas y faldas.
La colección incluye prendas con flecos brillantes —desde chaquetas hasta faldas— que aportan movimiento y dinamismo, funcionando como una celebración de la marca. Los detalles se convierten en el verdadero “main event”: cuellos de piel en camisas y chaquetas, acabados inesperados y elementos que elevan lo cotidiano.
Entre las propuestas más llamativas destacan los vestidos con tirantes “mal puestos”, como si cayeran de los hombros, o los cuellos removibles colocados de manera asimétrica sobre camisas y abrigos. Estos recursos refuerzan una narrativa que, más allá de lo visual, plantea un juego de imperfección controlada, donde cada prenda transmite frescura, lujo y modernidad.