Scarlett Johansson, quien es considerada todo un ícono de estilo hollywoodense, fue vista recientemente en Nueva York luciendo un look sofisticado y poderoso, que encarna a la perfección su esencia femenina y fuerte.
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La protagonista de Black Widow apostó por llevar un vestido firmado por Olivier Rousteing para Balmain, mismo con el que acaparó todas las miradas y confirmó su estatus como referente de la moda contemporánea.
La silueta con la que Scarlett Johansson presumió su figura
La actriz llevó un atuendo compuesto por un vestido negro de silueta estructurada, una pieza confeccionada con un corset tipo bustier que resaltaba su figura y un corte midi ajustado al cuerpo, característico de las propuestas de Rousteing para la maison francesa. El detalle que elevó aún más el diseño fue el cinturón ancho con hebilla dorada, un elemento distintivo de la casa con el que reforzó la estética de poder y sensualidad.
Scarlett complementó el look con un par de sandalias de tacón fino en color negro, mismas que aportaron un aire minimalista permitiendo que el vestido y el cinturón fueran los protagonistas. En cuanto a joyería, apostó por la sobriedad: un collar dorado rígido tipo choker y un anillo sencillo con el que añadió brillo sin sobrecargar el conjunto.
Un beauty look con intención
Su maquillaje y peinado también jugaron un papel fundamental. La actriz llevó una melena suelta y pulida, con raya al medio, con la que aportó frescura y un contraste natural a la sofisticación del atuendo. El maquillaje se centró en un labial rojo vibrante, un clásico infalible que acentuó su aura hollywoodense, mientras que el resto del rostro se mantuvo luminoso y con acabados sutiles.
Este look no sólo es un ejemplo perfecto de la visión de Olivier Rousteing para Balmain, sino que refuerza la poderosa imagen que Johansson ha venido construyendo en los últimos años, misma que evoca fuerza femenina, sensualidad refinada y modernidad.
En el caso del vestido; la silueta ceñida, los detalles en la estructura y los toques metálicos reflejan a la perfección la esencia del diseñador: una mujer segura, poderosa y lista para dominar cualquier escenario. Scarlett Johansson, por su parte, lleva esta propuesta con la elegancia que la caracteriza. Su elección de vestido no solo resalta su figura, sino que también proyecta un mensaje de confianza y sofisticación atemporal.
En una época en la que la moda busca constantemente el equilibrio entre lo clásico y lo innovador, Johansson confirma que el little black dress nunca pasa de moda, especialmente cuando se reinterpreta bajo la mirada atrevida de un creativo como Rousteing.