'Fashion recap': así se vivió la Semana de la Moda de Nueva York
El talento latino se apoderó de la Fashion Week neoyorquina, que este año se distinguió por su diversidad al mostrar propuestas de distintas firmas para la próxima temporada primavera-verano 2026
La New York Fashion Week volvió a consolidarse como un escenario clave en el calendario global de la moda: la energía vibrante de la ciudad se mezcló con el ingenio de diseñadores que presentaron colecciones destinadas a marcar el ritmo de los próximos meses.
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Desde antes del arranque oficial, las calles de la Gran Manzana ya se habían transformado en pasarelas improvisadas, presentaciones y eventos paralelos que reunieron a un público diverso: celebridades, fashionistas, modelos y coleccionistas que confirmaron que Nueva York sigue siendo un punto de encuentro entre el glamour y la innovación.
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Uno de los momentos más comentados de esta edición fue la designación de Peso Pluma como el primer embajador mexicano de la CFDA para la Semana de la Moda de Nueva York, un gesto que simboliza cómo la moda y la música se entrelazan cada vez más para reflejar la cultura contemporánea.
Su presencia, sumada a la de estrellas de Hollywood, iconos digitales y referentes de la industria, convirtió los front rows en escenarios paralelos de estilo y conversación global.
En cuanto a tendencias, las pasarelas se llenaron de transparencias y bordados artesanales, materiales naturales y siluetas relajadas que priorizan la comodidad. Los metálicos también tuvieron un papel destacado, aunque muchas firmas apostaron por tonos neutros con destellos de color estratégico.
La sastrería ligera brilló con propuestas fluidas y prendas aireadas, aunque también hubo espacio para el virtuosismo técnico: piezas estructuradas en mezclilla, cuero y otros textiles rígidos demostraron el nivel de experimentación y oficio de los patronistas. Aquí te compartimos algunas de las pasarelas que más nos emocionaron.
Las pasarelas más destacadas de New York Fashion Week SS26
La directora de la firma, Stacey Bendet, presentó una colección llena de energía retro chic con estampados florales, vestidos seductores, tonos vibrantes y mucho blanco, eso sí, las transparencias no faltaron.
Su estética maximalista, sorprendió, pues es capaz de crear, con pocos elementos, piezas impactantes. En pasarela brillaron sus diseños con decenas de cristales y algunas telas suaves, aunque también presentó una especie de tributo al upcycling con recreaciones de falsas jerseys deportivas transformadas en vestidos con destellos.
La colección Latir, del argentino, sorprendió con una vibrante pasarela llena de colores, dignos de la esencia latina, aunque sin perder el impulso de las tendencias con algunos looks con transparencias.
El diseñador Patricio Campillo presentó una propuesta de fuerte carácter escultórico, en la que convivieron prendas concebidas para deslumbrar en la pasarela con otras que podrían considerarse auténticas piezas de museo. Su colección exploró desde las transparencias masculinas hasta una sastrería reinterpretada en mezclilla, siempre con una confección impecable.
Antes de debutar en London Fashion Week, el diseñador mexicano celebró en Nueva York los diez años de su firma con una colección fiel a su esencia. La propuesta de Carlos destacó por sus vestidos de gran movimiento, el uso de olanes y una interpretación muy personal de la feminidad.
El dramatismo se apoderó de su propuesta: vestidos voluminosos, cortes arquitectónicos y un aire teatral que celebró el glamour en grande, además de una mezcla de estampados muy protagonista.
Con su interpretación de moda relajada, el neoyorquino presentó piezas en tonos neutros, ideales para un guardarropa versátil que equilibra elegancia y funcionalidad. Además, como es costumbre, se embarcó en estilismos pulcros, con algunos toques maximalistas.
La diseñadora presentó una propuesta cargada de feminidad y sofisticación, en la que evitó recurrir a tendencias dominantes como las transparencias. En su lugar, incorporó detalles contemporáneos como mosaicos y aplicaciones tridimensionales, logrando un equilibrio entre modernidad y atemporalidad.
La firma brasileña llevó la sensualidad tropical a un nuevo nivel con vestidos ceñidos, encajes, cut-outs estratégicos, y un uso lúdico de las texturas que evocan playas y atardeceres caribeños.
La exploración de la antisilueta femenina fue un eje central en esta propuesta: cintas que recordaban a cinturones ajustaban en zonas poco convencionales, aportando un aire creativo y experimental. Al mismo tiempo, el diseñador presentó piezas de cortes precisos que enmarcaban las curvas femeninas a la perfección, conformando así un trabajo plural y versátil.