La visita de la familia presidencial de Estados Unidos a Reino Unido se ha convertido en uno de los eventos más mediáticos de las últimas horas. La noche del martes 16 de septiembre, el presidente Donald Trump y su esposa Melania llegaron a este compromiso diplomático, donde fueron recibidos con los protocolos propios de este tipo de actos y por los miembros más relevantes de la familia real británica.
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La visita inició con un duelo de estilo entre la princesa Kate y la primera dama estadounidense. Para su primera aparición pública, Melania eligió un diseño de alta costura que la hizo lucir espectacular. Su estilismo se destacó por ser muy utilizado entre mujeres de las altas esferas sociales y políticas: un conjunto de Dior inspirado en las siluetas clásicas del diseñador francés que resaltan la feminidad del cuerpo.
Muy acorde con el New Look impuesto en la posguerra por Christian Dior, el traje de Melania fue un acierto total: elegante, sofisticado y lleno de poder. El color gris, replicado en sus zapatos, reforzaba esta sobriedad, mientras que su toque de vivacidad lo aportaba la pamela morada de ala amplia, que cubría ligeramente su mirada.
Pero los looks de Melania en esta visita no serán todos en tonos oscuros. La prueba llegó durante la cena de gala celebrada en su honor en el Castillo de Windsor, donde la esposa del mandatario sorprendió con un vestido amarillo.
Melania Trump sorprende con vestido amarillo en visita de estado
Para muchos, estar frente a la realeza es sinónimo de sobriedad extrema. Aunque no significa que los colores brillantes estén prohibidos, pocas mujeres se atreven. Melania, sin embargo, se sumó a la lista de quienes buscan brillan por su estilo ante los ojos de la corona británica.
En un mar de trajes oscuros y vestidos de tonos neutros, la primera dama destacó con un vestido espectacular firmado por Carolina Herrera, una de las casas de moda que mejor viste a la mujer contemporánea. El vestido se impone con una silueta sencilla, pero sofisticada.
De líneas rectas, esta pieza de tejido grueso cuenta con mangas perfectamente ajustadas y un escote Bardot muy halagador para Melania, que puede presumir de una silueta esbelta y una gracia natural heredada de su pasado como modelo.
El ajuste de la prenda fue impecable, y así como sorprendía en su sencillez, también lo hizo la abertura lateral de la falda, realizada desde la mitad del muslo, que además de facilitar el movimiento, añadía un toque extra de atrevimiento.
Si el vestido ya destacaba por su color, el cinturón lavanda de hebilla cuadrada intensificaba aún más el look. No solo acentuaba visualmente la figura de la primera dama, sino que también partía el diseño, aportando el grado de complejidad que requieren los estilismos de una personalidad como la suya.
Para mantener la atención en los lugares correctos, Melania eligió altísimos tacones nude, que solo aportaban altura. Unos pendientes de esmeraldas y diamantes complementaron el estilismo, junto con su cabellera suelta de ondas suaves y su maquillaje insignia.