La pasarela de Rachel Antonoff & Susan Alexandra se convirtió en una auténtica fiesta de moda y creatividad. Conocidas por su enfoque desenfadado y poco convencional, las diseñadoras presentaron una colección que fusiona lo sofisticado con un toque juguetón, en un show que fue tan divertido como inspirador.
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Fiel al ADN de ambas marcas, el desfile estuvo lleno de color, texturas inesperadas y accesorios que parecen sacados de un sueño kitsch pero ejecutados de manera impecable. Lo más comentado del show sin embargo fue la presencia de celebridades que se animaron a caminar la pasarela con unos tiernos acompañantes. Actores, cantantes e influencers desfilaron con la misma seguridad de modelos profesionales, aportando un aire divertido y casual que rompió con la solemnidad que a veces domina la industria.
Llevado a cabo en St. Ann’s Warehouse en Dumbo, la pasarela tenía un poderoso mensaje además de la moda: promover la adopción de mascotas. Pues junto a los actores y modelos que protagonizaron el show, caminaron perros -vestidos con divertidos accesorios- que se encuentran en adopción a través de la fundación Animal Haven.
Contrario a lo que solemos pensar cuando la gente habla de NYFW, la pasarela presentó accesorios divertidos, llenos de formas y colores que personas pueden llevar en sus mascotas, bolsas, correas y arneses. La propuesta se sintió fresca e inclusiva, como un recordatorio de que la moda también es un espacio para jugar y expresarse sin reglas estrictas.
Con este desfile, Susan Alexandra y Rebecca Antonoff (sí, hermana del famoso productor Jack Antonoff) se consolidan como un dúo con estilo propio que combina ironía, nostalgia y modernidad. La pasarela se vivió más como una celebración cultural que como un simple show de moda, y fue eso lo que lo hizo diferente.