Este fin de semana, Sabrina Carpenter acaparó la conversación en los medios internacionales. No sólo arrasó con tres premios en los MTV Video Music Awards 2025, sino que además ofreció por primera vez un performance en vivo de su nuevo álbum, uno cargado de referencias a divas del pop que marcaron la historia de la música, y en paralelo, lanzó un sutil pero contundente statement político. Todo ello reafirma el lugar que la joven cantante ocupa hoy: el de un verdadero fenómeno cultural que logra que cada una de sus apariciones se convierta en noticia.
No es ningún secreto que Sabrina es una apasionada de la estética retro. Desde sus videoclips hasta sus estilismos de alfombra roja, la intérprete de “Manchild” suele rendir tributo a íconos del espectáculo a través de looks cuidadosamente seleccionados. Para lograrlo, trabaja de la mano de su stylist Jared Ellner, quien ha sabido construir un estilo en el que conviven sensualidad, nostalgia y guiños a la cultura pop.
Dos homenajes en un mismo fin de semana
El fin de semana fue doblemente icónico para Sabrina Carpenter. Primero, porque fue reconocida con tres galardones durante la premiación, consolidando así su papel como una de las artistas más relevantes del pop actual. Y segundo, porque ofreció un performance que ya está siendo calificado como uno de los más memorables en la historia reciente de los VMA's. En el escenario, Sabrina lució un conjunto inspirado en Britney Spears, evocando la gira de 2001 donde la princesa del pop deslumbró con un bralette brillante diseñado por Bob Mackie. Un gesto que no sólo apeló a la nostalgia de los fans, sino que además reafirmó el linaje pop al que Sabrina parece incorporarse con naturalidad.
Pero ahí no terminaban las sorpresas. Tras la ceremonia, la cantante organizó un after party exclusivo que rápidamente se convirtió en tema de conversación. Con temática de Studio 54, la legendaria discoteca de los años setenta a la que acudían estrellas y socialités, Sabrina reunió a un selecto grupo de invitados que incluyó a Emma Chamberlain, Cara Delevingne y Clairo. La atmósfera evocaba la energía desbordante de aquella época dorada del entretenimiento, y por supuesto, el atuendo de la anfitriona debía estar a la altura.
Sabrina Carpenter en vestido de archivo que perteneció a Cher
Para la ocasión, Carpenter apostó por una pieza histórica: un vestido que perteneció nada menos que a Cher, confeccionado a la medida por el diseñador Bob Mackie. Se trata de un auténtico tesoro de archivo que la cantante rescató para darle nueva vida en su celebración.
El vestido fue originalmente llevado por Cher en un episodio de The Cher Show en 1975, una emisión especial en la que compartió escenario con otra leyenda de la música: Tina Turner. Ambas interpretaron “Shame Shame Shame” con una coreografía electrizante, vestidas con piezas a juego diseñadas por Mackie, quien supo capturar como nadie la esencia de ambas divas. Ese momento quedó grabado en la memoria colectiva como uno de los duetos más icónicos de la televisión musical.
Al portar esta prenda, Sabrina no sólo rindió homenaje a una de sus máximas inspiraciones, sino que también reafirmó la importancia de la moda de archivo en la construcción de su identidad artística. En tiempos donde la moda rápida domina, llevar un diseño con tal carga histórica envía un poderoso mensaje: la verdadera elegancia está en la atemporalidad, en rescatar piezas que tienen un valor cultural y emocional más allá de lo estético.
Una vez más, Sabrina deja claro que no hay nada más poderoso que llevar una prenda con historia, sobre todo si esta conecta con artistas que han marcado tu propia historia. Su elección no fue casualidad: fue un recordatorio de que la moda puede ser un puente entre épocas y que, en su caso, es también la mejor forma de contar la historia de una carrera que apenas comienza, pero que ya se siente legendaria.