Hailey Bieber continúa posicionándose como uno de los referentes más fuertes del estilo contemporáneo. La semana pasada, Rhode, su marca de belleza, aterrizó oficialmente en Sephora y para la ocasión la modelo apostó por una variedad de looks que llevó con su icónico peinado tipo slicked.
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Sin embargo, uno de los looks que fue más comentado fue aquel en el que combinó una blusa verde esmeralda de seda de Gucci. Una pieza de archivo de la casa italiana idéntica a la que Madonna llevó en los MTV Video Music Awards de 1995.
Todos los detalles sobre el look de Hailey Bieber
La modelo y empresaria llevó una camisa de seda verde cuyo diseño se caracteriza por tener un corte ajustado, botones frontales y acabado satinado. Esta pieza fue parte de la era de Tom Ford en Gucci, una de las más influyentes de la moda de los años noventa. En aquel momento, Kate Moss fue la primera en llevarla sobre la pasarela y poco tiempo después Madonna convirtió la prenda en un símbolo de sensualidad y poder, tras recibir un VMA con esta misma blusa.
Al reinterpretar este look casi tres décadas después, Hailey no solo hace homenaje a un ícono, sino que también reafirma la relevancia atemporal de las piezas creadas en esa época. Hailey la llevó con un estilismo minimalista: pantalones negros de corte bajo, lentes oscuros muy a la Y2K y su característico beauty look luminoso.
En su momento, Madonna llevó esta blusa ligeramente abotonada y de manera effortless. Dejando entrever el bra de mesh que llevaba debajo de la misma. Un gesto atrevido y sensual, muy adecuado a su personalidad y perfecto para imponer tendencia incluso décadas más tarde.
Este tipo de elecciones son una muestra de cómo la moda funciona como lenguaje. Lo que en 1995 representaba atrevimiento en Madonna, hoy en Hailey simboliza sofisticación y un dominio absoluto de la estética retro-modern. Ambas mujeres, desde contextos diferentes, logran demostrar el poder de una sola prenda para crear una declaración cultural.
Con este look, Hailey Bieber no solo celebró un triunfo personal en el mundo de la belleza, sino que también fusionó en un mismo atuendo la estética de dos épocas doradas: la sensualidad de los noventa y la elegancia minimalista de la era actual. Además, la reinterpretación de la magnate de belleza demuestra que una pieza con un gran diseño puede interpretarse de diferentes maneras según quien la vista.