Como cada año, la final de Wimbledon no solo reúne a los mejores talentos del tenis mundial, sino que también se convierte en una pasarela no oficial, debido a que los asistentes llegan con sus mejores prendas. Entre estos, no podemos dejar de mencionar a la princesa de Gales, Kate Middleton, quien una vez más destacó durante las ceremonias de premiación de las finales tanto femenil como varonil.
Kate honró su papel como miembro del All England Club con dos elecciones de atuendos que reflejan su inconfundible sentido del estilo personal pero que respetan la tradición del torneo, al igual que lo hacía Lady Diana en su época como royal.
Kate Middleton el fin de semana en Wimbledon
El sábado, para la final femenil, Kate asistió en solitario y apostó por un conjunto en tono crema de la firma Self-Portrait (una de sus favoritas). Se trató de un diseño de dos piezas: una chaqueta tipo sastre de manga corta con bolsillos al frente y cinturón a juego, acompañado por una falda plisada midi que aportaba movimiento y fluidez.
El look, impecable y femenino, encajó perfectamente con el protocolo del evento y su papel como representante de la monarquía. Durante la ceremonia, la princesa tuvo un gesto especialmente emotivo con la tenista Amanda Anisimova, a quien le ofreció palabras de aliento tras una dura derrota por doble 6-0 ante Iga Swiantek.
Sin embargo, sus joyas fueron grandes protagonistas de su look, pues no solo son piezas que todo amante del lujo reconoce, si no que tienen un importante valor sentimental para Kate, pues llevó un guiño a su matrimonio con William en forma de un reloj Cartier, regalo de su esposo por su tercer aniversario de bodas en 2014. Según reportes, este habría sido un regalo para la entonces duquesa de Cambridge durante un viaje a Australia en 2014, justo unos días antes de su tercer aniversario de bodas, el 29 de abril.
Se trata del Cartier Ballon Blue Watch, el cual cuenta con agujas azules, las cuales combinan con el anillo de compromiso con zafiro y diamantes, el cual perteneció a la princesa Diana.
Al día siguiente, Kate regresó a la cancha central del All England Lawn Tennis Club, esta vez acompañada por el príncipe William y sus hijos, el príncipe George y la princesa Charlotte. Para la final varonil, la princesa se decidió por un vestido azul eléctrico hecho a la medida por la diseñadora Roksanda.
El diseño, de silueta midi con falda amplia y escote en V, destacaba por su lazo estructurado en el hombro y su tonalidad vibrante, misma que contrastaba con el verde del césped. El azul, además de ser uno de los colores favoritos de Kate, simboliza confianza y elegancia, cosas que la princesa ha sabido proyectar con a lo largo de su rol institucional.
Ambos outfits fueron acompañados por tacones en tonos neutros, joyería discreta y su característico broche de Wimbledon, que denota su rol como un ícono del torneo. Con estas dos elecciones, Kate Middleton demostró nuevamente su expertise para fusionar diplomacia, moda y presencia pública, consolidándose como uno de los íconos de estilo más influyentes de la realeza contemporánea.