No cabe duda de que este año ha estado lleno de movimientos en la industria de la moda. Varias de las firmas más relevantes del mundo se han despedido de sus directores creativos para dar paso a nuevas visiones. En días recientes, incluso, han comenzado nuevas eras como la de Jonathan Anderson en Dior.
En esta misma línea, quien también se prepara para un nuevo reto es Demna Gvasalia, el talentoso artífice detrás de la viralización de Balenciaga, quien en unos meses tomará el timón de Gucci. Pero antes de partir, y como último acto, el diseñador georgiano se despidió de la firma fundada por Cristóbal Balenciaga con un desfile que atrajo la atención mundial y congregó a decenas de invitados especiales.
Entre los asistentes a este cierre de ciclo llegaron figuras como la recién casada Lauren Sánchez Bezos, embajadoras de la firma como Nicole Kidman y otras celebridades como Cardi B. Sin embargo, fue la familia Pinault la que acaparó las miradas, ya que el propietario de la marca, François-Henri Pinault, y su esposa, Salma Hayek, también se sentaron en la primera fila para aplaudir el éxito de uno de los diseñadores más innovadores y disruptivos de la actualidad.
Otra de las presentes fue la guapa heredera del Kering Group, Mathilde Pinault, quien, además de ser una de los cuatro hijos del magnate francés, también es una modelo apasionada por la industria y siempre que aparece, sus looks nos encantan porque sabe lucir espléndida con todo lo que se pone.
El look de Mathilde Pinault para el desfile de Balenciaga
Hace unos días, también en París, vimos a la hija de François-Henri Pinault posar junto a su padre con un vestido bohemio y encantador durante la presentación de la colección masculina de Saint Laurent. Ahora, la joven jinete y modelo francesa se ha enfundado en un atuendo al puro estilo de Demna Gvasalia.
Cuando el diseñador georgiano llegó a la cabeza de Balenciaga, marcó un gran cambio con atuendos especiales, estructuras originales y una estética ecléctica y misteriosa. Justamente ese espíritu fue el que encarnó Mathilde con un conjunto de múltiples capas que logró un estilismo monocromático muy edgy.
La base fue un conjunto de mezclilla en tono negro, compuesto por una chaqueta de corte clásico y una falda recta a la cadera, ligeramente acampanada hacia el bajo, que terminaba a la altura de las rodillas. Mathilde complementó el conjunto con un top a juego de escote profundo y cubrió sus piernas con medias del mismo tono.
Unos tacones en punta —no demasiado altos— se sumaron al outfit, que completó con un minibolso de mano, gafas oscuras y unos discretísimos anillos, lo que dio aún más brillo a su melena rubia, peinada en un semirrecogido que fue prácticamente el único toque de color en toda la percha. En cuanto al maquillaje, unos labios rosados y brillantes terminaron de dar el toque final a esta aparición sofisticada y moderna.