Durante su reciente visita oficial a Praga, la reina Máxima de Holanda parece estar robando miradas con sus looks. La monarca no solo acaparó los reflectores al sumarse a la tendencia bridal que llegó para conquistar 2025, sino también por referenciarse a sí misma, con un vestido floral que ya había llevado hace nada menos que 15 años.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
La royal apostó por una de sus piezas favoritas, un romántico diseño de Alta Costura de Valentino elaborado con gasa en tonos pastel con estampado de flores y delicados holanes, una pieza que usó originalmente en 2010 para su visita a la capital de Suecia, Estocolmo. 15 años más tarde, Máxima demuestra que ser fiel a tu estilo personal es algo que se mantiene a prueba de tendencias y nunca pasa de moda.
Una apuesta atemporal
La reina Máxima de Holanda hace toda una declaración de estilo repitiendo una silueta que ya le hamos visto llevar en el pasado, dejando claro que hay prendas que van más allá de las tendencias pasajeras y se convierten en verdaderas inversiones de estilo.
En tiempos en los que la moda sostenible es cada vez más relevante, la reina demuestra cómo apostar por piezas atemporales es no solo algo sofisticado, sino también responsable. Su vestido, con un diseño ultra femenino y sofisticado, realzó la figura de la reina gracias a su silueta ajustada en la parte superior y falda fluida con capas que daban movimiento.
El vestido de la monarca cuenta con detalles de tul bordado y aplicaciones en las pequeñas mangas transparentes, estos le dan un toque delicado y glamouroso. Máxima de Holanda combinó el vestido con accesorios en tonos nude; un clutch y stilettos, así como joyería discreta: pendientes colgantes y brazaletes que le daban ligeros toques de luz.
Este romántico look reafirma el enfoque de Máxima hacia la moda; quien se mantiene fiel a su estilo personal, sin miedo a repetir prendas que se alinean con su personalidad y que siguen luciendo impecables con el paso del tiempo. Su elección también deja claro el valor de construir una colección con piezas que se adapten a diferentes ocasiones y que puedan seguir brillando con el paso del tiempo.
Máxima demuestra que las piezas icónicas, cuando son elegidas con inteligencia, no pasan de moda. Y su vestido floral, que sigue viéndose actual y chic en 2025, es la mejor prueba de ello.