Raquel Orozco triunfa en la inauguración de Volvo Fashion Week México

Mi viaje en el mundo de la moda comenzó con una necesidad muy personal: la de encontrar prendas que me acompañaran en cada faceta de mi vida. Buscaba esa pieza que fuera igual de apropiada para una junta importante que para un evento especial; una prenda con el corte perfecto, confeccionada con materiales de alta gama, que fuera cómoda, atemporal, expresiva, poderosa y sofisticada. Quería crear algo que pudiera ser apreciado y usado por décadas, sin importar la edad.

Hace 14 años lancé mi marca con esa visión. A lo largo del camino, he descubierto que las necesidades de la mujer actual son aún más amplias. En cada colección, no solo busco comodidad y atemporalidad, sino también esa pieza protagónica para un gran evento: un vestido que irradie ese efecto visual inesperado sin esfuerzo. Y ahora, en esta edición de Volvo Fashion Week México, damos un paso más allá al presentar por primera vez nuestra línea nupcial, completando así el universo de posibilidades de vestuario para la mujer.

Es cierto, ha pasado tiempo y he lanzado muchas colecciones desde los inicios de mi marca. Cada una de ellas ha sido un capítulo importante en mi evolución como diseñadora. Cada colección no solo refleja un estilo, sino también una historia, un vínculo emocional con las mujeres que eligen llevar mi trabajo. Estoy emocionada por lo que traerá el futuro, especialmente con nuevas propuestas como la línea de vestidos de novia que acabamos de lanzar.

Impetuosa Alquimia celebra la dualidad de la mujer actual: fuerte, responsable, que no busca la aprobación de nadie, que no se conforma con lo ordinario y que sabe que su vida es un lienzo donde pinta sus sueños con decisión y pasión. Una mujer que se atreve a ser diferente, que desafía las normas y potencia su individualidad con orgullo. Esa es la mujer que me inspira, y quiero que, al usar mis prendas, sienta ese empoderamiento que ya reside en su interior.

El corazón de esta nueva colección reside en nuestras emblemáticas flores. No son solo un adorno, sino un símbolo de un proyecto que me llena de orgullo. En 2017 fundé un taller de madres solteras donde les enseñé a crear estas flores a partir de los residuos de tela de nuestras colecciones. Cada pétalo está cortado y trabajado a mano, en un proceso meticuloso y artesanal. Con el tiempo, el taller se ha vuelto más inclusivo, sumando hombres, mujeres casadas y solteras, todos unidos por el objetivo de generar empleo y preservar una técnica tradicional. En esta colección, las flores son protagonistas, honrando el trabajo de manos mexicanas que dejan su corazón en cada pétalo. Además, al reutilizar los sobrantes de tela, evitamos el desperdicio y damos nueva vida a los materiales, creando piezas con sentido, piezas para apreciar durante décadas. Este compromiso con la sostenibilidad y el trabajo artesanal es fundamental para mí.

Sí, hay dos abrigos de colores y un vestido muy especial que fueron creados durante la pandemia, en un momento de gran incertidumbre. Cada persona de nuestro equipo trabajó desde su casa, uniendo 900 bloques de tela y 30,000 cuentas bordadas. Estas piezas no se venderán; son un recordatorio de que, incluso en los momentos más difíciles, tenemos la capacidad de crear belleza. Son un testimonio de nuestra resiliencia y un símbolo de nuestra unidad.

Es un viaje emocionante y lleno de pasión que comienza con una profunda inspiración. Cada día hago bocetos, porque creo que la idea inicial es fundamental para dar vida a cada pieza. Para mí, cada prenda debe tener expresividad visual, protagonismo y sofisticación. Cuando trabajo una colección con un tema específico, me sumerjo en la exploración del concepto, buscando materiales que se alineen con mi visión. Me encanta mezclar texturas, colores y técnicas, creando prendas que no solo sean estéticamente atractivas, sino que también hablen por sí mismas. Es una conversación entre los materiales y la idea en mi mente, y siempre busco el equilibrio entre lo visual y lo funcional. Cada costura, cada corte, cada detalle tiene el fin de empoderar a la mujer que la luzca.

Mis diseños están profundamente influenciados por mis experiencias personales. Incorporo colores vibrantes y patrones inesperados, que aportan identidad. Me inspiran las historias de mujeres fuertes que me rodean, sus vivencias y su estilo único. Esto se traduce en piezas que celebran la belleza estética, cuentan una historia y reflejan la diversidad y sofisticación de la cultura que me inspira.

Una novia Raquel Orozco es visionaria. Refleja la esencia de la elegancia y la sofisticación. Luce piezas oníricas y surrealistas, a la vez expresivas y poderosas, que capturan la dualidad entre lo delicado y lo femenino. Cada vestido está diseñado para resaltar su individualidad, permitiéndole brillar con confianza, mientras se conecta con la magia y la emoción del momento.

Busco despertar emociones como la confianza y la autenticidad. Quiero que se sienta empoderada y hermosa en su propia piel. También deseo evocar alegría y libertad, permitiéndole expresar su esencia con cada prenda.

La propuesta nace del deseo de romper con las tradiciones y ofrecer una nueva perspectiva de la feminidad en el contexto nupcial. En Sueños etéreos presento trajes y esmóquines diseñados para la mujer, que desafían las convenciones y celebran su fortaleza y modernidad. Los sacos intervenidos con pétalos evocan sueños y añaden un toque de magia, creando piezas únicas para una novia no convencional y audaz. Esta colección busca que cada mujer exprese su identidad en su día especial, sintiéndose cómoda y poderosa al mismo tiempo.