Las grandes historias de amor son las que sobreviven el paso del tiempo, y aunque en la vida de Gabrielle Chanel hubo una interesante lista de personajes, hay uno en especial que trascendió en su camino. El amor marcó muchas de las creaciones de Chanel, con una sutil inspiración en muchos de los diseños que Coco iba estableciendo como su legado. Ese hombre era Arthur Boy Capel, que gracias a su carrera como jugador de polo, llevó a Gabrielle al mundo ecuestre, que se convertiría en inspiración detrás de algunas de las piezas de la marca francesa por excelencia. La elegancia y gallardía de Capel serían fuente incansable de inspiración para Coco que rendiría homenaje en vida a su gran amor. Muy al estilo de los artistas, Gabrielle encontraría en él a su gran ‘musa’. La pareja se conocería a través de Étienne Balsan, otro amor en la vida de Coco y quien la impulsaría a comenzar con su firma. Pero si gracias a Balsan comenzaría la carrera de sombrerera de Gabrielle, a Boy es a quien se le deben muchos elementos que hasta hoy son símbolo y estandarte de la firma, como las chaquetas, los jerseys y hasta el famoso bolso Boy que, claramente, fue bautizado en su honor. Es precisamente al recordar este bolso que, inmediatamente se piensa en la matelassé, la técnica de costura que tiene como resultado el terminado acolchado y que entonces era característica de los blazers del mundo ecuestre. Basta recordar algunos de los bolsos más populares de Chanel para identificar inmediatamente el diseño geométrico de esta técnica que ahora se ha convertido también en la secuencia detrás de Coco Crush, la colección de alta joyería de Chanel.
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Cómo se ha llevado el matelassé a las joyas
La técnica consiste en imitar las colchas cosidas a mano en Marsella, que se distinguían por tener volumen. Regularmente se conseguía este efecto contraponiendo dos telas con un relleno de por medio, y para que este no se moviera de lugar se realizaban costuras cruzadas que iban formando una especie de rombos. Si bien, queda claro que en los metales, es imposible hacer esto, en los diseños de Coco Crush se ha logrado replicar las figuras de los rombos para dar esa misma sensación en esta colección de joyería. En oro beige y oro blanco, ya sea en solitario o con diamantes, este grabado se ve replicado en anillos, aretes, brazaletes y collares, convirtiéndose en un sutil homenaje al gran amor que inspiraría de forma tangible a Coco, quien nunca superó la irreparable partida de Boy, quien falleció con tan solo 38 años en un accidente automovilístico.
Otro elemento que puedes encontrar en algunas de las piezas de Coco Crush es la famosa C que ha distinguido a la marca desde su creación. Haciendo honor a su nombre, las letras que forman la palabra Coco pueden ser encontradas en solitario, como otro sutil guiño, haciendo referencia a la icónica creadora de la firma. Manteniendo los conceptos unidos, las C’s cuentan también con los relieves emulantes del matelassé.
N°5, la leyenda que vive en una botella
Los otros símbolos que se han vuelto joyas
Además de los diseños emulando el conocido matelassé, el Fine Jewelry Creation Studio de Chanel ha retomado otros símbolos de la iconografía de Gabrielle para llevarlos a las piedras preciosas. En la colección N°5, el número 5, cabalístico y ligado completamente al triunfo en la vida de Chanel que, después de elegirlo como la fragancia que se volvería el perfume más famoso de todo el mundo, lo usaría de forma constante tanto de manera pública como privada. Ha de recordarse que el 5 no solamente fue el número de la fragancia que eligiría al momento de realizar su primer perfume, sino que su simbólico Leo, el signo que le corresponde, es el quinto en el zodiaco. Una vez que Coco fue ligando estas claves, consideró que el 5 del mes era su día favorito para presentar sus colecciones de costura, y en los techos de su apartamento en Rue Cambon también se puede ver un candelabro de araña con sus respectivos 5 bien marcados.
