Conocida como una de las Primeras Damas más queridas de la historia de Estados Unidos, Jackie Kennedy trascendió como un ícono tanto en la política como en la moda. Su estilo inconfundible y prendas emblemáticas —como el famoso gorro pillbox o los vestidos en tonos pastel— la transformaron en una de las mujeres más admiradas del mundo. Su historia no solo estuvo rodeada de una atención mediática innegable, sino también de una profunda pasión por el mundo editorial, una faceta que pocos conocen.
Luego de convertirse en viuda tras el trágico fallecimiento de John F. Kennedy en noviembre de 1963, Jackie se dedicó un tiempo a continuar con algunos asuntos públicos, pero más adelante decidió retirarse de la vida política para vivir tranquilamente en Nueva York con sus hijos Caroline y John. Algunos años después, contrajo matrimonio con Aristotle Onassis, un influyente empresario, quien también falleció, dejando a Jackie viuda por segunda vez.
Lo que muchos creían que sería el comienzo de una vida de descanso para Jackie, se convirtió, en realidad, en el punto de partida de una nueva etapa: a los 46 años, la ex primera dama ingresó al mundo laboral.
La estrecha relación entre Jackie Kennedy y los libros
Desde muy joven, Jackie sintió una gran pasión por la lectura y la escritura. Poseía una habilidad natural para redactar, y muchos de los que la rodeaban reconocían su talento. Su primer acercamiento al mundo editorial se dio como una camarógrafa para el Washington Times-Herald antes de ser la Primera Dama.
Sin embargo, fue después de quedar viuda por segunda vez cuando comenzó a buscar un nuevo propósito. Fue entonces cuando su amiga Letitia Baldridge le recomendó acercarse a Tommy Guinzburg, presidente de Viking Press, para convertir su amor por los libros en una carrera formal.
Así comenzó una trayectoria editorial que duró más de lo que muchos imaginaron. En Viking Press, Jackie empezó a trabajar como consultora de edición, ganando 200 dólares por semana. Pronto, el ojo público volvió a posarse sobre ella: los medios de comunicación y los paparazzi se agolpaban frente a las oficinas para conocer más sobre su día a día. En este trabajo, Jackie mostró un especial interés por los libros de arte, historia, moda y cultura, áreas que siempre le apasionaron. Algunos títulos destacados de esta etapa son Remember the Ladies e In the Russian Style. No obstante, con el tiempo, su relación con la editorial se quebró luego de que Viking Press publicara un polémico libro relacionado con el hermano menor de John F. Kennedy.
Su siguiente destino fue Doubleday, una editorial con un enfoque más comercial, que le permitió explorar nuevas temáticas en los proyectos que editaba. Entre los títulos más populares de esta etapa se encuentran Moonwalk, la biografía de Michael Jackson —que vendió más de medio millón de copias— y Dancing on My Grave, las memorias de la bailarina Gelsey Kirkland.
A pesar de ser una figura pública sumamente reconocida, Jackie Kennedy nunca buscó notoriedad en el mundo editorial. Por el contrario, sentía un profundo respeto por los escritores y valoraba el trabajo silencioso detrás de cada libro. Su pasión y dedicación se mantuvieron hasta el final de su vida, y se estima que participó en la edición de alrededor de 100 obras, tanto de ficción como de no ficción.
El impacto de Jackie en el mundo de los libros fue tan significativo que inspiró a autores como Greg Lawrence, quien escribió Jackie as Editor: The Literary Life of Jacqueline Kennedy Onassis, una obra dedicada a explorar esta increíble y menos conocida faceta de una de las mujeres más fascinantes del siglo XX.