Rocío Aguirre creció rodeada de moda y arte. Durante su infancia, su padre trabajaba en una agencia de publicidad en donde aprendió a comunicar sentidos y experiencias a través de la imagen. Nacida en 1989, la originaria de Chile dirigió su atención a la fotografía con sólo 14 años, cuando su familia se había establecido en Concepción tras una vida nómada. Entre mudanzas y nuevos hogares, montó su primer estudio en un sótano y con sólo 15 años daba rienda suelta a su imaginación al mismo tiempo que entendía que en esta profesión el único límite es el que ella misma se ponga.
El talento de Rocío pronto llamó la atención de grandes marcas, aunque ella misma asegura que el camino no fue sencillo por ser mujer, en un ambiente mayormente dominado por los hombre con cierta experiencia detrás de la lente. Pero Rocío es determinada y su carácter imponente, por lo que supo hacerse un lugar en la industria de la fotografía logrando trabajar con marcas de renombre como Nike, Pepsi, Tous, Levi's o Adidas.
"Aprendí a tener las fotos contadas y a tener claro lo que quería hacer con cada disparo, y eso es clave hoyen mi trabajo".
Su trabajo, mayormente caracterizado por su amor por el cine, en el que utiliza las luces a su placer para hacer capturas con cámara análoga, pronto llegó a ojos y oídos de editores de revistas y empresarios de diversas disqueras, por lo que pronto se encontraba tomando fotos para artistas como Griff, C.Tangana, Cami y Paloma Mami. Y es que el estilo de Rocío evoca al cine de los años 70s, algo que actualmente llama la atención.
Como toda una profesional, en 2017 se especializa en otras técnicas en Penumbra Foundation, en Nueva York. Y para 2018 se dedica a enseñar moda y publicidad en la escuela Foto Design, en Chile; además de ser profesora en Laboratorio de Artes Mixtos, en España. Rocío continuó llamando la atención con su trabajo, y para 2019 lanza su primer libro llamado Helados. En 2022 la publicación Rocío (2008-2022) X Rocío Aguirre, vio la luz.
A pesar de su éxito, Rocío dejó todo atrás para mudarse a Madrid, España, motivada por el amor. Y es que, durante su estadía en el país europeo, en 2019 coincidió con el cantante C. Tangana, a quien conoció en un bar. La química fue inmediata y pronto Rocío se mudaba a España con la seguridad de que podía empezar su éxito desde cero en un lugar en el que no conocía a nadie. Y así lo hizo.
Rocío continuó trabajando para diversas marcas al mismo tiempo que su vida personal iba viento en popa. Una relación que se afianzó en 2020, cuando ella y el cantante pasaron la pandemia en México, cuidando de su salud y creando un mejor vínculo. Tanto ella como el cantante han optado en mantener los detalles de su vida personal en lo privado, separando lo profesional sin dejar de ser el gran apoyo del otro.
"El mayor reto de mi profesión es que la gente que trabaje conmigo lo haga porque mi trabajo les gusta y les encaja, más que por ser un personaje importante, los seguidores que pueda tener".
Más allá de su trayectoria, Rocío sabe que como fotógrafa tiene una gran responsabilidad en sus manos, sobre todo en el ámbito social y en el mundo de la moda. "Creo que es muy fácil leer el momento histórico que se está viviendo a través de la moda, y los fotógrafos tenemos un papel importante en esto. Podemos retratar lo que está aconteciendo, con su contexto social, político, cuál era la situación de las mujeres en dicho momento", asegura a Harpers Bazar sobre su labor, una técnica personal que refleja su esencia y el lado más humano de quien se ponga frete a su cámara.