Ir al contenido principalIr al pie de página

Entrevista ¡HOLA! Américas

Emilio Treviño, la voz detrás de Miles Morales y Timothée Chalamet, nos revela la alquimia del doblaje


El actor mexicano, que presta su voz a Denji de 'Chainsaw Man', nos comparte para ¡HOLA! Américas el proceso para equilibrar su destacada trayectoria en el doblaje con su pasión por el cine y el teatro.


Emilio Treviño
Diciembre 5, 2025 6:12 PM EST

Pocos artistas dominan el escenario, la pantalla grande y el atril como Emilio Treviño. A sus 26 años, su habilidad camaleónica le ha permitido consolidarse como un actor completo y, al mismo tiempo, ser el arquitecto vocal de fenómenos culturales dentro de la industria del entretenimiento. Su voz ha dotado de alma a superhéroes, seres mágicos, niños aventureros, guerreros y demonios de humor agridulce. Ha prestado su talento al adolescente Miles Morales en el Spider-verso, al simpático Denji de Chainsaw Man, al soñador Ian de Onward, al ingenioso Soka de La leyenda de Ang y al rebelde Candlewick en Pinocchio, película que le llevó a ser parte del universo de Guillermo del Toro. Asimismo, es la voz oficial de Timothée Chalamet para América Latina. Su versatilidad no se limita a la cabina habiendo participado en proyectos cinematográficos como Confesiones y Dulce Obsesión

Emilio Treviño© Cortesía
Emilio Treviño

Con una sólida formación en el prestigioso Instituto Lee Strasberg de Nueva York,  Emilio se alza como una de las voces que define a una generación. En conversación con ¡HOLA! Américas, el joven actor nos abre el telón de su proceso, revelando los desafíos de ser un intérprete que navega con éxito entre el live-action y la cabina, y el secreto detrás de las voces que, aunque no vemos, sentimos vibrar en cada sala de cine.

"Desde mi punto de vista, enfocarte en doblaje en cómo suenas es como en cine, televisión y teatro enfocarte en cómo te ves, esa no es tu chamba, la chamba del fotógrafo en cine es que te veas bien, tú trabajo es estar lo más honesto posible frente a la cámara y enfocarte en las circunstancias del personaje".

Emilio Treviño

Emilio Treviño cierra y abre ciclos con estrenos que subrayan su importancia en la industria. El próximo 25 de diciembre regresa como el actor de doblaje de Timothée Chalamet para toda la región con el lanzamiento de Marty Supreme. Además acaba de estrenar Koati, donde prestó la voz original al protagonista, Paco. Este proyecto de animación le ofreció una oportunidad única, ya que trabajó con total libertad creativa junto a las escritoras Anabel y Annalisa, permitiéndole construir la identidad del personaje desde cero, un testimonio de su talento como actor integral en el medio de la animación.  

¿Cómo abordaste la preparación para dos personajes tan contrastantes como Miles Morales y Willy Wonka?

Soy un nerd de mi trabajo. No hay personaje al cual no busque ir lo más profundo posible y hacer todo lo posible porque se diferencien entre ellos. Con Willy Wonka, la creación fue muy específica. El reto más grande era dejar mi ego como actor a un lado—olvidarme de querer sonar bien como cantante—y más bien encontrar la voz del personaje; que esa fuera la misma voz que cantara las 14 canciones para la película. La voz de Willy Wonka siempre ha sido muy distintiva en todas las versiones, desde Gene Wilder hasta Johnny Depp. Es una voz particular, que denota a una persona muy mágica, pero que también tiene un cierto misticismo

Teníamos que encontrar una voz que mezclara esas dos cosas: la del niño soñador —que es una diferencia con otras versiones de Willy Wonka— pero que también tuviera, ya desde joven, ese misticismo. Me preparé con un coach específico y con mi coach actoral, Cornelius Horgan, para poder crearla. Tuvimos que tomar material de Timothée Chalamet —pues antes de grabar la película no nos la habían mandado— y, viendo tráilers, promos y el material que se había soltado, empezamos a construir la voz, tratando de agregarle un toque mío. Para Willy Wonka, tuve que regresar a ser un niño. Mi Willy Wonka nació al recordar lo normal que es interrumpir un momento con el canto cuando estás muy feliz y cómo, de pequeño, es natural estar cantando todo el día. Quería volver a ese punto, y eso fue lo que nos dio la voz del personaje. Estuve en coaching un tiempo y luego, con Luis Leonardo Suárez, director musical de la película, tuvimos también coaching específico durante meses. Él me mandó las canciones con dos meses de anticipación para cantarlas y aprendérmelas; ese fue el largo proceso de creación de Willy Wonka.

Con Miles fue otra cosa completamente distinta. Viví mucho tiempo en Nueva York, es una ciudad de conozco muy bien. Brooklyn, Manhattan y Queens tienen vibras completamente diferentes hasta el acento puede cambiar un poco y la vibra de Brooklyn es la vibra de Miles Morales. Es una vibra más relajada, yo lo veo como con movimiento, como un jugador de basquetbol, tiene más flow y eso te da la voz de Miles Morales. Para mí era muy importante crear a Miles antes que a Spiderman, ese trabajo lo hace la audiencia, mi trabajo es traer a Miles Morales a la ecuación, y también tenemos algo muy bello, que viene de familia latina, lo latino tenía que sentirse 100 por ciento y para mí eso fue algo que es mucho más cercano a mí y que me hace profundamente orgulloso de traer a la pantalla grande, en una película así.

¿Cuál ha sido el mayor desafío de hacer el doblaje de Timothée Chalamet?

El mayor desafío es que Timothée nunca es Timothée en ninguna de sus películas, siempre es el personaje y no se parecen entre ellos; jamás puedo confiarme. Simplemente lo único que tengo que hacer es concentrarme en el personaje, olvidarme un poco del actor de por medio. En doblaje, el actor original solo te da una guía de hacia dónde es, pero jamás puedes imitarlo; siempre, de alguna manera, es recrear lo que ya está pasando de la forma más honesta posible. 

Teniendo un actor así de talentoso y de sensible, no puedes escapar de eso, tienes que ir lo más profundo y honesto posible. Con Dune tuve que leer todos los libros de Frank Herbert, la primera trilogía hasta Dune Messiah para poder entender de qué se trataba la saga porque Paul Atreides es un personaje que ha pasado toda su vida estudiando sobre Arrakis; él conoce perfectamente la terminología de todo. 

Eso se tiene que sentir en el doblaje porque uno se da cuenta cuando alguien está hablando de algo que no tiene ni idea. Curiosamente, a Paul lo veía un poco como a Hamlet; toda la saga de Dune tiene algo muy shakespeariano, para mí era ir a esa forma de actuación, a ese approach hacia los personajes.

Con Willy Wonka es otra cosa completamente distinta, es un niño soñador, que interrumpe con encanto cada cinco minutos y no tiene nada que ver con un tinte shakespeariano. Pero en Bones and All, que es un personaje completamente visceral, más bien hice mucho animal work para encontrar la voz del personaje. En The King, a Henry, lo veía como una serpiente porque son animales muy desconfiados, siempre está a la defensiva y el mayor problema que tiene en toda la película es que no puede confiar en nadie; haciendo el animal work salió la voz; como una serpiente sentí que tenía que tener más aire, es mucho más cautelosa, no revienta en furia como Paul Atreides o no revienta en alegría como Willy Wonka. Entonces, trato de irme por el personaje.

¿Cómo se logra que tu voz se convierta en la identidad del actor dentro de las películas?

De alguna manera, si el estudio ya me eligió para darle voz a este actor es porque algo ven en mí que es similar al actor, ya sea mi color de voz, ya sea mi energía; esa chamba ya la hizo el estudio. De ahí en fuera, solo tengo que hacer mi trabajo como actor, estar al servicio de la historia, no del actor, porque la película no se trata de Timothée Chalamet. Cada proyecto, trato de olvidarme un poco de que es Timothée y trato de ver al personaje

Emilio Treviño© Cortesía
Emilio Treviño
¿Hay alguna coincidencia entre tu vida personal y los personajes que doblas?

Algo que he descubierto en mi carrera, es que los personajes te eligen. Muchas veces me pasa que estoy viviendo en mi vida personal algo muy parecido a lo que está viviendo el personaje. Eso me pasó con Wonka; fue un proceso donde estaba estrenando mi primera película en cine, estaba con estos ojos de soñador: ‘Woah, estoy haciendo mi primera película con Carlos Carrera y Confesiones, todo se ve posible y todo es mágico’. Ya traía esa carga de emoción y soñadora conmigo y, al mismo tiempo, la película me ayudó a trabajar mi cercanía con mi mamá. 


Con Miles tengo una muy clara: cuando grabé la primera película yo estaba aterrado de grabar la primera película de Spider-Man porque en mi universo ya existía, era el de Tom Holland, acababa de entrar al universo cinematográfico de Marvel. Todo el mundo estaba concentrado en verlo a él. De repente viene esta nueva película y me entra este nervio de decir: "¿Quién soy yo para portar el manto y por qué la gente, si ya tiene a Peter Parker, por qué verían a Miles Morales?" Sentí esta responsabilidad, lo cual también era algo que estaba pasando Miles Morales: en su universo también había un Peter Parker que era el héroe de su mundo, nadie conocía a Miles Morales y tenía que encontrar su propio camino para encontrar su propia voz.

Hablemos de anime...

¿Cómo fue darle voz a Denji en Chainsaw Man, teniendo en cuenta la intensidad emocional y el ritmo frenético?

Mantener la energía y que no baje. Cuando grabamos la película, teníamos planeado grabarla en un solo día y a la mitad del día estábamos grabando una secuencia de acción volteé y les dije: “Oigan, ¿no quieren regresar a grabar mañana? Estoy sintiendo que mi nivel de energía está bajando, mi voz se está cansando y eso se puede ver reflejado en la pantalla". Todos dijimos: "Creo que es una buena idea dividirlo en dos días". Eso es un gran reto: mantener el nivel de energía allá arriba todo el tiempo, sobre todo con un personaje tan frenético y con tanta energía, es muy complicado. 

Con Chainsaw Man hay algo muy particular, tuve que crear dos personajes: uno es Denji y el otro es el Demonio Motosierra. Son el mismo, pero son diferentes; los dos tienen el mismo nivel de dolor, pero lo interpretan y manifiestan de lugares muy distintos. Denji es este joven mucho más inocente con un humor totalmente ácido, que disfruta el valor de la vida desde lo más mínimo, desde comer tres veces al día y dormir en un sillón, y para él eso es lo máximo. 

Denji tiene un nivel de inocencia que, a pesar de que de repente es muy altanero, es profundamente tierno y divertido. El Demonio Motosierra es completamente frenético, completamente visceral, no tiene ética ni moral, está dispuesto a pasar por encima de todos con tal de defenderse y llegar a lo que él quiere y, en la película, esa ética que creíamos que tenía se ve muy tambaleada constantemente. 

Eso era muy energéticamente desgastante de grabar, pero fue increíble. Me siento profundamente orgulloso con el resultado y, sin duda, hubo un desarrollo del personaje mucho más profundo del que habíamos tenido en la serie.

View post on Instagram
 

Las vicisitudes del doblaje

En proyectos como Invencible, ¿cómo lograste la progresión vocal que muestra el personaje?

A menos que sea algo muy específico que requiera el personaje vocalmente, no me fijo nunca en los tonos ni en cómo suena el personaje. Me enfoco en las circunstancias y dejo que eso haga el resto del trabajo. Si estás pensando como actor en los tonos, indudablemente vas a querer que suenen bonito y salen falsos, no vienen de un lugar verdadero. 

El crecimiento del personaje te lo da simplemente al enfocarte en las circunstancias, algo te provoca dentro de ti, que indudablemente terminas escuchándote distinto del primer episodio al último episodio porque ya hay una relación con los otros personajes. Desde mi punto de vista, enfocarte en doblaje en cómo suenas es como en cine, televisión y teatro enfocarte en cómo te ves; esa no es tu chamba. 

La chamba del fotógrafo en cine es que te veas bien, tu trabajo es estar lo más honesto posible frente a la cámara y enfocarte en las circunstancias del personaje. Para mí es lo mismo en doblaje: no es si te escuchas bien o no, para eso hay un ingeniero de audio que te está grabando, un director también; mi chamba es llegar al atril lo más honesto posible.

¿Cómo balanceas la necesidad de ser fiel a la actuación original con la de adaptar el diálogo para el publico latinoamericano?

Uno siempre tiene que estar al servicio de la historia, entonces mi primera pregunta es si esto funciona para la historia que estamos contando. En The King, que no es una época actual, no puedo decir palabras que decimos ahora como "cool", no puede hablar así Enrique V, o Anne with an E, que es una serie de época también, no puedo hablar como habla Denji de Chainsaw Man que vive en la actualidad y que además las circunstancias son diferentes. Denji es un joven de la calle, que creció sin educación. 

Siempre trato de respetar el trabajo original, pero indudablemente va a cambiar algo porque cada que un actor interpreta a un personaje muestra una parte de su esencia y de su alma en los personajes.Mi esencia es distinta a la de Timothée o a la de Tom Holland, que también he grabado, de alguna manera eso se da solito, el hecho de que sea otra persona la que lo está grabando, eso ya le aporta algo distinto y trato de mantenerme lo más honesto posible hacia los personajes y trabajo original. Y cuando se dan oportunidades, como en Chainsaw Man, de poder adaptar los diálogos con mucha más libertad, obviamente es súper emocionante. 

Con Chainsaw Man pasó algo que pocas veces pasa y es que todas las piezas se juntaron para que pudiéramos hacer eso. Para empezar, el proyecto es una serie para adultos, no es para niños, que de alguna manera te da más libertad; es una comedia dramática, pero tiene tintes de comedia muy específicos, es muy ácida, ese es otro factor. Y luego lo combinamos con el personaje que es Denji, que creció en la calle. Yo odio cuando el doblaje suena a doblaje, me saca canas y a mis 26 años eso es gravísimo, me gusta que los personajes suenen lo más natural posible para que la audiencia pueda conectar con ellos. 

Con Denji, yo opté junto con Crunchyroll y con Tavo Campos, el director, porque el diálogo hablara lo más natural posible. Cuando se prestan esas cosas, obviamente es divertidísimo jugar con ellas, pero no siempre se puede y uno nunca puede perder de vista que estás al servicio de la historia; si tus ideas van en contra de la historia, entonces las tienes que quitar porque eso es ego, y el ego no funciona en este trabajo.

Emilio Treviño, actor de doblaje de Denji en Chainsaw Man © Cortesía
Emilio Treviño

Planes a futuro

¿Cómo balanceas tus prioridades? ¿En cuál te gustaría enfocarte en este momento, cine, teatro o doblaje?

Tengo ganas de explorar más el cine, el cine es una de mis más grandes pasiones y uno de mis más grandes amores. Tengo ganas de filmar más. Aprendí desde pequeño que soy actor y trabajo en todos los medios posibles mientras haya una buena historia. 

A mí lo que más me emociona e importa es contar historias que valgan la pena, que realmente tengan algo que decir, personajes que me reten, que me hagan entender un poquito más sobre mí y sobre la gente de afuera y sobre la humanidad, pero no me importa tanto el medio en el que sea, si es en doblaje, en cine o televisión. 

Mientras sea una buena historia que tenga algo que decir, que valga la pena y resuene conmigo, yo estoy dentro. Tengo muchas ganas de hacer más cine, pero jamás dejaría ni el teatro, ni la televisión ni el doblaje. Hay personajes que no podría interpretar en otro medio que no fuera doblaje; yo no podría ser Ben 10 el día de hoy, yo tengo 26 años, obviamente no me veo como un niño de 10 años. Me parece muy valioso que el doblaje te permita de alguna manera no tener la limitación del cuerpo y eso yo lo encuentro muy valioso y ha habido historias increíbles que he podido contar en doblaje que solo podría contar ahí, como Pinocho de Guillermo del Toro.

"A mí niño interno lo que más le emociona es el momento entre acción y corte, y en un escenario cuando dicen: tercera llamada hasta que se cierra el telón, esa es mi parte favorita del trabajo. Lo demás lo disfruto mucho, pero la razón principal por la que yo entré es por esos segundos entre acción y corte. Siempre es bello que hablen de tu trabajo en todos lados, pero para eso se requiere un trabajo, para eso se requiere crear algo,  de la creación es que nace lo demás"

Emilio Treviño

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.