Estoy feliz de que me hayan invitado a ser parte de este proyecto y creo que son unos guiones muy bien escritos, de cómo te llevan a través de un tema más denso y complicado de lo que es la muerte o cómo la sobrellevamos, pero lo tocan de una manera importante de cómo es necesario levantar la mano para pedir ayuda, el acercarse a una terapia, de escuchar a los demás cómo han sobrellevado un problema así. En mi caso, es un personaje que dejó de ver a sus hijos durante muchos años y regresa a hacese cargo de ellos y trata de entrar de nuevo en sus vidas.

Justamente eso es lo que me gusta a mí como actor, el poder representar cosas o irlas entendiendo de una manera distinta. A mí me ayudó mucho que soy el único de los actores en esta serie que tiene hijos; entonces puedo llegar a entender lo que es la relación y el amor que le puedes tener a un hijo. Por otro lado no puedo entender como alguien se desentiende por completo de ellos por seguir una pasión, como es el caso de Pardo, que los deja por ir a seguir su sueño.

Entendí lo que hace un padre con un hijo gracias a esa experiencia de vida que yo tengo. Eso sin duda, me sirvió bastante para poder entrar de lleno para representar a Pardo.

Cuando uno lee una cosa o ve una película, siempre lo toma personal. Uno piensa, ‘¿qué haría yo en esa situación?’. Esta serie se grabó en España, entonces estaba alejado de mi familia por completo; mi esposa y mis hijas estaban en Miami y yo, en España filmando. Me sentía alejado y llegué a pensar ‘¿qué pasa si yo soy el que llega a faltar o si me pasa algo a mí?’. Eran como muchos momentos de reflexión cuando yo estaba solo allá que me sirvió bastante.

Creo que fue de lo más increíble de esta experiencia en general en ‘Días mejores’. Al director de uno de los primeros capítulos se le ocurrió hacer una dinámica de no ensayar nada antes de llegar al set. Entonces, esta terapia que van a ver de cuatro desconocidos con una terapeuta, sucedió así en la realidad. Llegamos cuatro desconocidos a encontrar nuestro lugar, nuestra silla y empezar a hablar como en teatro.

Últimamente he tenido esas ganas; yo no era de terapia. A lo mejor en México lo tenemos muy concebido así no sé, pero por ejemplo vas a otros países y es muy normal. Vas a Argentina y es como si fuera ir al tenis, es parte de la rutina, en México es como, ‘wow ¿qué te pasó? ¿estás bien?’. A partir de esta serie, y con mi esposa, que también es mucho de este tema de la terapia, yo he tenido ganas de empezar, ya lo estoy empezando y creo que es un espacio que yo me dedico a mí. A lo mejor no tengo claro que problema quiero atacar, pero quiero tener ese espacio para abrirme, algo que no había hecho a mis 43 años.

Eso es de lo más bonito que hacemos los actores, que la gente se identifica con algunas cosas de lo que ven en televisión. Eso es lo más bonito, decirles ‘es normal’, como en otras series que hemos planteado situaciones con los hijos, decir ‘esto es normal’. Creo que es interesante plantear las cosas como son y también ponerlas sobre la mesa para decir ‘esto es necesario’.