¡Y a mucha honra...!
La historia de María Hernández (Thalía) comenzó en un basurero, donde ella trabajaba como recolectora de material reciclable. María la del barrio estaba enamorada de un hombre atractivo que conoció en la iglesia a donde acudía frecuentemente. La trama se torna trágica, pues el día que María cumple 15 años muere su madrina Casilda (Aurora Molina) y para no dejar en el abandono a la joven, le pide al Padre de la Iglesia, Honorino (Tito Guízar), que le busque un lugar a su ahijada para que pueda vivir y trabajar dignamente.
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La despreciaban por ser humilde
A María la reciben en la casa del empresario Fernando de la Vega (Ricardo Blume), un hombre rico e influyente, quien se encarga de enseñarle modales y darle en un lugar dentro de su familia, a pesar de que su esposa Victoria (Irán Eory) y Carlota (Rebeca Manríquez), quien les ayuda con el aseo en la casa, desprecian a la humilde joven desde que la conocen.
"Marginal"
El giro inesperado viene después, ya que María conoce al joven del que está enamorada: Luis Fernando (Fernando Colunga), hijo mayor de don Fernando y doña Victoria, que recientemente terminó su relación con Brenda (Alejandra Procuna), y tras la ruptura juró no tener nada en serio con ninguna mujer, y para tomar venganza elige a María para dicho propósito; sin embargo, termina enamorado de ella. Otro personaje primordial en la trama es el de Soraya Montenegro (Itatí Cantoral), quien también está enamorada de su primo Luis Fernando y buscará casarse con él, despreciando y llamando a María “marginal”.
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