Salma Hayek cerró un capítulo profundamente emotivo en su agenda personal al despedirse de México luego de pasar varios días reconectando con sus raíces, su historia y su gente. La actriz, una de las figuras mexicanas más influyentes del cine internacional, aprovechó su estancia para sumergirse en actividades que reflejaron su amor por el país: desde disfrutar de uno de los conciertos más comentados del momento en la Ciudad de México, hasta recorrer espacios cargados de simbolismo que forman parte de su propia trayectoria artística. Su adiós ocurrió a pocos días de Navidad, marcando una despedida cálida y cargada de buenos deseos.
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A su llegada al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, Salma fue abordada brevemente por los medios, a quienes respondió con la cercanía que la caracteriza. Al ser cuestionada sobre cómo había vivido su estancia en el país, la actriz respondió con sencillez: “Muy bien y muy contenta”. Aunque caminó con prisa y no ofreció mayores declaraciones, sí se tomó un momento para enviar un mensaje lleno de afecto: “¡Felices fiestas!”, expresó, antes de cerrar el breve encuentro con un contundente y emotivo: “¡Viva México!”.
Durante estos días, la intérprete realizó un viaje cargado de memoria y significado. Tras haberse reunido previamente con la presidenta Claudia Sheinbaum en Veracruz, Salma regresó a la capital para visitar la Casa Azul de Frida Kahlo, en Coyoacán, un sitio con el que mantiene un vínculo especial. En ese espacio histórico, hoy convertido en museo, filmó hace más de dos décadas escenas clave de Frida, la película que marcó un antes y un después en su carrera. La actriz recorrió cada rincón del lugar con visible emoción, dejándose envolver por la atmósfera intacta del recinto y honrando el legado de una mujer que ha sido referente de identidad y resistencia cultural.
Fue el domingo 7 de diciembre cuando Salma se dejó ver en el barrio de Coyoacán, asumiendo el papel de visitante y viviendo la experiencia con profunda sensibilidad. Su sentir quedó plasmado en una nota escrita en el libro de visitas del museo, mensaje que más tarde fue compartido en las redes sociales del Museo Frida Kahlo. “Tantos recuerdos en este lugar que a pesar de los años no pierde su magia y encanto. Qué privilegio regresar a través del tiempo a la riqueza de nuestra gente y nuestra cultura”, escribió la actriz, reafirmando su orgullo por las raíces mexicanas que siempre ha defendido a nivel internacional.
Una visita muy musical
La música también fue protagonista de su estancia. Salma Hayek asistió a uno de los ocho conciertos que Bad Bunny ofreció en el Estadio GNP Seguros, donde fue vista disfrutando del espectáculo desde ‘La Casita’. Lejos de pasar desapercibida, la actriz bailó, cantó y convivió con algunos de los asistentes, con quienes se tomó fotografías y compartió abrazos, demostrando una vez más su cercanía con el público y su disposición a vivir México desde lo cotidiano y festivo.
Así, entre cultura, recuerdos y celebración, Salma Hayek se despidió de su país natal dejando claro que, aunque su vida transcurre entre escenarios internacionales, su vínculo con México permanece intacto. Su mensaje de felices fiestas y su entusiasta “¡Viva México!” resonaron como una promesa silenciosa de regreso, fiel a una identidad que sigue siendo el eje de su historia personal y profesional.