El regreso de Fátima Bosch a México se convirtió en una escena cargada de emoción colectiva, símbolos y reencuentros profundos. A casi un mes de haber hecho historia al coronarse como Miss Universe 2025, la reina volvió al lugar donde todo comenzó: Tabasco. Villahermosa la recibió como se recibe a las hijas que triunfan lejos de casa, con calles llenas, aplausos espontáneos y una energía que desbordó orgullo. El fin de semana, la capital tabasqueña fue testigo de un desfile multitudinario que confirmó que la corona no solo le pertenece a ella, sino también a la tierra que la vio nacer y formarse.
Desde temprano, decenas de miles de personas —niños, jóvenes, adultos y personas de la tercera edad— salieron a las calles para acompañar a su reina en un recorrido que inició en el malecón Carlos A. Madrazo y concluyó en la Fuente del Chorro, trayecto que realizó a bordo de un carro alegórico. Entre carteles, sonrisas y mensajes de respaldo, Fátima se dejó envolver por el cariño de sus paisanos, en una jornada que fue descrita por Miss Universe Organization como la materialización de un sueño colectivo: “Lo que comenzó como un viaje de sueños volvió como una celebración de amor, unidad y gratitud. Un poderoso recordatorio de que cuando das amor, siempre encuentra su camino de vuelta”, se lee en la publicación que acompañó una galería de imágenes y videos difundidos en Instagram.
La celebración, sin embargo, no estuvo del todo ajena al contexto que rodea su naciente reinado. Tal como ha ocurrido desde su coronación, la fiesta convivió con la polémica que envuelve a Raúl Rocha Cantú, copropietario de Miss Universe Organization (MUO), imputado por la Fiscalía General de la República de presunto tráfico ilegal de armas y combustible. Días antes, la organización había anunciado mediante un comunicado el cierre de operaciones de Miss Universe México, argumentando “incertidumbre jurídica, la actual situación de seguridad y los ataques infundados y con motivaciones políticas” en contra de la institución y su presidencia. Aun así, en Tabasco el foco estuvo puesto en el abrazo colectivo a Fátima y en la fuerza simbólica de su regreso.
La visita de Fátima a México
La propia reina compartió con sus seguidores distintos momentos de esta visita tan personal. El pasado 11 de diciembre publicó una imagen confirmando que estaba de vuelta en casa, y posteriormente subió un video desde el interior de una iglesia, donde, en medio de los retos que enfrenta, pidió “ayuda al CEO del Universo”, en clara referencia a Dios. Más tarde, ya en el Estadio Centenario —que se reportó a su máxima capacidad—, Fátima dirigió un mensaje a los asistentes, acompañada por su familia, mientras la multitud coreaba consignas como “¡Sí se pudo!”. Con voz firme, expresó: “Esta corona no es vanidad ni banalidad. Esta corona es para traer luz a los lugares donde ha habido obscuridad”.
Más allá de los reflectores y los discursos, su paso por Tabasco también tuvo un profundo componente social. Durante su visita, Fátima Bosch acudió al Hospital del Niño, donde se atiende a menores con distintas enfermedades, incluido el cáncer. A través de una serie de fotografías compartidas en Instagram, la Miss Universe recordó el origen de su labor altruista, subrayando que su compromiso va más allá de los escenarios. Así, entre celebraciones multitudinarias y gestos íntimos de solidaridad, su regreso dejó claro que, para ella, la corona es también una responsabilidad que se honra empezando por casa.







