Fue en septiembre de 2002 cuando la hoy fallecida Ernestina Sodi y su hermana, Laura Zapata, vivieron un secuestro tras salir de un teatro en la Ciudad de México. Aunque por fortuna la historiadora y la actriz lograron ser liberadas, los días de cautiverio mantuvieron a sus respectivas familias en la angustia y la incertidumbre. Según recuerda Camila Sodi, hija de Ernestina, la vida y el entorno de los suyos se vio trastocado por completo, una situación que les hizo perder la calma y enfrentarse a la psicosis cuando ella tenía tan solo 16 años, etapa en la que debió abandonar sus estudios musicales a raíz de lo sucedido.
Camila y el día del secuestro de Ernestina
Con total apertura, Camila narró en entrevista con Yordi Rosado cómo vivió esos días en que su madre se mantuvo lejos de casa tras haber sido privada de su libertad. Un acontecimiento profundamente doloroso. “Secuestran a mi mamá, yo tenía 16 años, me tuve que salir de la escuela porque cuando pasa algo así de grave no puedes continuar con nada que tenga una rutina. Te tienes que salir de la rutina porque te vuelves vulnerable a que ya saben a qué escuelas vas… Se vuelve una psicosis y una cosa horrible que ojalá nadie tenga que vivir nunca jamás, y menos unos niños con su mamá, de 16 años. Me salí de la escuela, no terminé, y pasa el secuestro, una etapa intensa, muy oscura…”, reveló.
En la charla, la actriz tampoco tuvo reparo en revivir la memoria de ese día en que, de manera repentina, personas cercanas a su círculo la buscaron para darle la lamentable noticia; su madre había sido secuestrada junto a su tía, Laura Zapata. “Estaba con un exnovio comiéndome una pizza, viendo la tele y llegaron los compadres de mi mamá, abrieron la puerta y llegaron con una cara que nunca se me va a olvidar, me paré y les dije: ‘¿Qué pasó, en dónde está mi mamá?’. Ya sabía, sabía algo, sus caras como de que habían visto al diablo, me empezaron medio a explicar, se entendía pero no se entendía y no me querían decir la palabra secuestro y yo tuve qué decirles: ‘¿Entonces qué, la secuestraron?’…”.
Tener valor para sobrevivir
Camila ahondó en su relato y recordó que, por esos días, tanto ella como sus primos se unieron para soportar la ausencia de sus madres, un momento de incertidumbre en el que se vio tocada por una ola de sentimientos. “Vino todo un mes y cuando eres una adolescente te ponen la vida de cabeza, absolutamente. Llegaron mis primos, los hijos de Laura, de la tía, a mi casa, empezamos a ir y venir a ver con qué familia, estábamos como pollitos sin gallina…”. A pregunta expresa de cómo se sentía, dijo: “Lo primera era como una profunda frustración, tristeza, es una mezcla de sentimientos que yo te diría que es tan distinto a cuando alguien muere que es una sensación de incertidumbre… Esto era una especie de duelo anticipado”.
La intérprete también describió la sensación de atravesar por una situación de esa naturaleza, en donde poder salir adelante con todo y lo sucedido era el único escenario. “Fue muy intenso, la palabra sería y para todos los involucrados, sobrevivir… Cuando finalmente regresa mi madre y estamos tratando de reubicarnos en otra casa estamos como gallina sin cabeza…”, contó, para luego revelar que vino después el ofrecimiento de Televisa para hacer una telenovela.








