Como parte de la promoción de la cinta Después, el primer proyecto en el que trabaja con su hijo Nicolás, Ludwika Paleta asistió como invitada al programa Netas Divinas donde además de su faceta como actriz compartió detalles de su nuevo emprendimiento al frente de una línea de cremas para el cuidado de la piel. Durante una dinámica de preguntas y respuestas con Ángela, la famosa voz del programa, le preguntó a la actriz qué pérdida, con el paso del tiempo se convirtió en una bendición, un cuestionamiento que relacionó con el fin de su primer matrimonio con Plutarco Haza, papá de su primogénito.
Con el paso de los años, Ludwika reconoce que ha aprendido a mirar el lado positivo a cualquier adversidad: "Yo creo que de lo malo siempre viene algo bueno, a veces cuesta trabajo verlo, pero al final siento que siempre hay algo positivo", reconoció, para luego compartió cómo se sintió cuando decidió terminar su relación de más de una década con el también actor.
Recordemos que Ludwika se casó con Plutarco cuando sólo tenía 19 años de edad, una situación que con el tiempo afectó considerablemente la relación: "Cuando yo decidí divorciarme fue para mí como soltarme, siempre lo pienso como el cuento de los elefantitos que les ponen un lastre desde que están chiquitos y el elefante crece y podría soltarse e irse y corriendo, pero está condicionado a que no lo puede hacer, entonces no camina más allá de cierto círculo", explicó.
Le atribuyó a su juventud el pensamiento de no poder dejar esa relación, una decisión para la que requirió mostrar su valentía: "Era muy joven, de pronto crecí, y me quedé con esa idea de que no me podía ir y en el momento en el que me fui, para mí fue como que se me abrió un mundo que yo no me imaginaba y no conocía", recordó.
Durante la pandemia, Ludwika le concedió una entrevista a Mara Patricia Castañeda en la que contó cómo era su vida cuando decidió poner punto final a su matrimonio:
"Yo me divorcié muy joven, yo creo que debe ser diferente cuando sientes que ya no tienes mucha vida por delante, me imagino, yo estaba muy joven, tenía un niño chiquito por el cual tenía que estar bien y además yo tenía ganas de más cosas, no tenía ganas de quedarme en mi casa llorando, tenía ganas de disfrutar la vida, estaba en un gran momento, empecé a conocer gente", admitió.
La vida después del divorcio...
La actriz reconoció que a pesar de que no se arrepiente de nada, su divorcio sí marcó un antes y un después en su vida: "No quiero que suene mal pero mi matrimonio me dio una de las cosas más amo en el mundo que es Nicolás, pero yo tenía que vivir otras cosa y yo me liberé, me quité tantas cosas de encima y florecí".
Ludwika recordó cómo vivió su primera relación amorosa tras el divorcio: "Yo me casé muy joven, no había hecho muchas cosas que tenía ganas de hacer, verme con un novio, escaparme, que nadie supiera dónde estaba, no rendirle cuentas a nadie".
Reconoció que pudo vivir esa experiencia gracias al apoyo incondicional que recibió de su mamá y de su hermana, quienes fueron parte fundamental en la crianza de Nicolás: "Tenía un niño chiquito, pero tenía la gran fortuna de tener a mi mamá que siempre me lo cuidó y a Domi mi hermana que les decía, échenme la mano con Nicolás y bien que mal no creció tan mal mi muchachito", finalizó.










