En medio de la convivencia y las charlas profundas que surgen dentro de La Granja VIP, reality en el que actualmente participa, Sergio Mayer Mori abrió una ventana íntima hacia la relación que mantiene con su papá, Sergio Mayer. Aunque hoy ambos presumen una dinámica cordial y estable, el joven cantante no tuvo reparo en hablar con absoluta franqueza sobre la carrera artística del exGaribaldi, una trayectoria que él considera construida más por disciplina y profesionalismo que por talento. Con esa mezcla de honestidad y madurez, Mayer Mori puso sobre la mesa reflexiones que no solo revelan cómo han superado distancias del pasado, sino también cómo interpreta, desde una nueva óptica, el legado laboral de su padre.
Durante una conversación con el luchador Alberto del Río ‘El Patrón’, que también forma parte del proyecto, el actor de Rebelde recordó los momentos tensos que vivieron años atrás y aprovechó para hacer una de las declaraciones más directas sobre su papá. “Lo voy a decir aquí: Mi jefe no tiene talento. O sea, mi jefe actúa muy mal. No canta, no baila, pero ha vivido de actuar, de cantar y de bailar toda su vida y bien”, expresó con sinceridad.
Consciente del peso de sus afirmaciones, Mayer Mori profundizó en la razón por la que su papá logró prosperar sin, según él, tener lo necesario para brillar sobre los escenarios. “Tiene mucho talento para cosas que no son artísticas, pero ha vivido de la vida artística años... Lleva 30 años de carrera haciendo cosas para las que, la neta, no es bueno. Y se lo digo, y él lo sabe”, compartió.
Se sincera sobre las exigencias de su padre
El joven cantante destacó que lo verdaderamente admirable en su papá no es el talento artístico, sino la constancia con la que ha construido cada etapa de su vida profesional. “No es el talento, es que son chambeadores; son disciplinados, profesionales y pues eso también te lleva lejos… Mi papá es carismático… y juntar las dos: si eres alguien disciplinado, profesional, carismático… y aparte tienes talento… (Muy mal) si te mueres de hambre, la verdad”, explicó.
Ese rigor, sin embargo, también dejó huellas en su propia infancia. Mayer Mori recordó cómo creció bajo la exigente mentalidad de su papá, una filosofía que intentó inculcarle desde muy pequeño. “La mentalidad de ching** que tiene la neta. Y eso es lo que me intentó inculcar, nada más que lo hizo (de forma incorrecta). Me levantaba (temprano); yo le agarré un repele al gimnasio porque me levantaba hasta los domingos a las 5 de la mañana. Y así no es como uno se enamora de las cosas, al contrario”, contó. Hoy, desde la madurez y la distancia emocional, reconoce que aquella disciplina —a veces excesiva— forma parte de la esencia que permitió a su papá sostener una carrera de más de tres décadas, aun sin el talento que él considera fundamental.








