La increíble transformación de Miss Universe Guatemala: de niña tímida a reina con propósito
En su niñez era una niña muy tímida, pero ya en su juventud, se retó a sí misma y estudió Ciencias Políticas, además de participar en varios certámenes de belleza
Raschel Alexandra Paz es la orgullosa representante de Miss Universe Guatemala. Detrás de es seguridad y porte de reina, está la historia de una niña que eran tan tímida en la escuela, que sus compañeros se tenían que voltear para que ella expusiera. Era tal el nivel de timidez, que Raschel se retó a sí misma, y desafiando todos los obstáculos, decidió estudiar Ciencias Políticas. A la par de su faceta como Licenciada en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, la originaria de Ciudad Capital tiene una carrera como modelo y habla varios idiomas: inglés, francés y alemán.
"Soy una persona que le gusta retarse, le gusta los retos, salir de su zona de confort, porque creo que eso es lo que forja nuestro carácter y nos lleva a ser y a lograr todo lo que nos proponemos".
Miss Universe Guatemala, Raschel Alexandra Paz
En entrevista con ¡HOLA! Américas, Raschel Alexandra Paz nos contó su historia; de cómo venció sus miedos y se hizo más fuerte al retarse a sí misma y estudiar Ciencias Políticas. En esta amena conversación también nos habló de su sueño de representar a su país en Miss Universe; sueño que creció en ella desde que era una niña.
Raschel no es ajena al mundo de los certámenes de belleza, pues ostentó los títulos de Miss Guatemala Latina y Miss Grand Guatemala. También representó a Guatemala en el Reinado Mundial del Banano en Ecuador, en Miss América Latina del Mundo en México en donde fue finalista y Miss Popularidad y en Miss Grand en Vietnam.
"Todos traemos un propósito y un compromiso en la vida y depende de nosotros si de verdad le ponemos atención a todos esos desafíos que se nos presentan y sacamos algo bueno para inspirar y empoderar a otras personas".
Miss Universe Guatemala, Raschel Alexandra Paz
En cuanto a su labor filantrópica, su proyecto social está enfocado en el acceso a la educación especialmente de niñez, ha trabajado un proyecto exitoso de liderazgo en conjunto con Fundación BI, Fundación Franklin Covey y Singit para Escuelas.
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Quiero que me cuentes acerca de tus inicios. ¿Cómo eras de niña, siempre soñaste con estar en Miss Universe?
Yo recuerdo que, de niña, desde los nueve años, miraba el Miss Universe sin falta con mi familia todos los años y yo decía: ‘Yo quiero participar en el Miss Universe, pero no sé cómo’. Y la verdad, nunca me lo creí porque era una niña muy tímida que estaba en clase y cuando me tocaba presentar, mis profesores tenían que hacer que todos voltearan las sillas para que yo pudiera presentar. Entonces, para mí, hablar en público era algo muy complicado.
Y el poder hoy tener la oportunidad de representar a mi país, después de tanto esfuerzo, después de tanto trabajo, es por eso que creo que agradezco muchísimo estos espacios, porque detrás de una corona y un título siempre hay una historia, hay mucho esfuerzo y mucho trabajo, y creo que eso se ve reflejado en este proceso.
Oye, Raschel, me lleva mucho la atención que te describes como una niña muy tímida y después tuviste una carrera como modelo y a la par estudiaste Ciencias Políticas, ¿es correcto? Me llama la atención cómo fue que lograste vencer esa timidez
Yo siempre soy una persona que le gusta retarse, le gusta los retos, salir de su zona de confort, porque creo que eso es lo que forja nuestro carácter y nos lleva a ser y a lograr todo lo que nos proponemos. Soy una persona de retos y mi principal reto fue meterme en la carrera de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, donde yo tenía que debatir, todo el día presentar y vencer ese miedo.
Y mi siguiente reto fue en los concursos de belleza, que de igual manera requiere que uno tome el micrófono y hable frente a muchas personas. Donde me tocó nuevamente vencer ese miedo. Entonces, yo creo que uno se debe siempre retar hacer cosas que lo saquen de su zona de confort, porque eso al final del día es lo que forja nuestro carácter, y no quedarnos en un hoyo estancados, porque creo que todos somos capaces de lograr lo que nos proponemos y si ya lo tenemos en el corazón, tenemos la capacidad de los dones para hacerlo también.
Mira, fue un camino difícil, por lo mismo que te digo, pero hay algo de mí que siempre me llamó la atención, y es que cuando yo estaba detrás de cámara me transformaba en una persona completamente distinta a esa niña tímida que le tocaba presentar en clase. Mis inicios del modelaje fueron a los 14 años.
A los 22 inicio en los concursos de belleza, en mi primer concurso, fui a dos concursos, luego fui a un tercero, que fue un grand slam, y ahora estoy aquí representando mi país nuevamente. Fue el segundo intento como a Miss Universe Guatemala.
Oye, ¿qué deseas para tu país, para tu natal Guatemala? Porque además de ganar el concurso, yo siento que esta plataforma le da una proyección mayor internacional, sobre todo a los países latinos.
Yo deseo que conozcan más de Guatemala porque es un país con mucha riqueza cultural, diversidad. Pues en mi país se hablan 24 idiomas oficiales, 21 lenguas mayas y creo que eso es algo que no muchas personas saben. Somos ricos en cultura, diversidad, gastronomía, pero sobre todo esa calidez y resiliencia que nos defina los guatemaltecos. Quien va, no se olvida de Guatemala y eso es lo que yo deseo reflejar y proyectar ante el mundo.
Oye, Raschel, y yo leí por ahí que de niña tuviste algunos problemas para acceder tal vez a la educación en forma. Cuéntame cómo fue eso, porque me imagino que fue un doble desafío.
Totalmente. Yo creo que les llamaría más desafíos, porque depende de nosotros qué perspectiva le damos a nuestra vida. Y yo creo que hay que sacar siempre un lado positivo de cada cosa, porque al final todos traemos un propósito y un compromiso en la vida y depende de nosotros si de verdad le ponemos atención a todos esos desafíos que se nos presentan y sacamos algo bueno para inspirar y empoderar a otras personas.
Y en este caso, algo que yo no entendía de niña, comprendí de adulta que era mi compromiso con la sociedad y esto era la educación. Entonces, mi proyecto social nace a raíz de eso, es algo que yo siento que lleva en el corazón y que quiero que la juventud tenga ese mismo acceso y oportunidades para poder resistir, soñar y construir un futuro diferente.
¿De qué forma sentías tú que no te daban ese acceso a la educación o que era más difícil para ti?
De inicio se me denegó el derecho porque consideraban que venía de un hogar disfuncional. Entonces, ya se me estaba categorizando como que no tenía valor, como alguien que no tenía futuro. Y logré salir de eso y demostrar que hoy soy una mujer profesional con un título en Ciencias Políticas, Relaciones Internacionales, Embajadora de Derechos Humanos.
Tengo cuatro idiomas y eso es lo que yo también deseo inspirar para muchos jóvenes y mujeres, que no importa de dónde venga, no importa su historia, no importa los desafíos que la vida le presente, siempre se logra salir adelante. Pero depende de nosotros también cómo utilizamos esos títulos, cómo utilizamos todas esas oportunidades para ser de bendición para otras personas que creo que es lo más importante.
¿De qué manera te está apoyando tu familia? ¿De qué forma te han impulsado para llegar hasta Miss Universe?
Yo creo que la familia es esencial en este proceso, porque son tu respaldo. Y después de tanta cámara, tantas entrevistas, pasarelas, el volver a casa y ser tú mismo, de que te abracen, de que te den ese calor, creo que es esencial y es fundamental, es tan importante en este proceso.
¿Cuál es el consejo más valioso que te han dado en este camino?
Toda mi familia, en general, y mi organización, me han dado el mismo consejo que es que me lo disfrute, porque este es un proceso que solo se vive una vez en la vida. Y creo que muchas veces cuando uno se toma muy en serio las cosas se lo dejan de disfrutar. Estar pensando en: ‘Yo quiero ganar, quiero la corona’, y no ver todo ese detrás, las personas que uno conoce, las experiencias, los viajes. Y eso es lo más importante, disfrutárselo y ser tú misma.
¿Cómo ha sido su preparación como representante de Costa Rica?
Me estoy preparando de manera integral. Yo siempre he dicho que lo más importante, por supuesto, es un concurso de belleza y la belleza es fundamental, pero es efímera. Y yo creo que la belleza más grande es la que uno logra proyectar e impactar en las personas, no con palabras, sino con acciones. Y eso ha sido clave en mi proceso de preparación con mi proyecto social, también en oratoria, porque creo que una reina de belleza sin el creo debe saber comunicar, debe saber liderar y escuchar también las necesidades de su comunidad, y no digamos a nivel internacional.
Tengo esa percepción que desde que ganó Sheynnis Palacios hace como dos años, como que los ojos se posaron todavía aún más en Centroamérica, como que abrió esa puerta a una posibilidad más grande. Cuando ganó Sheynnis ganó hace dos años, ¿para ti cómo fue?
Cuando yo veo ganar a Sheynnis, realmente se abre una puerta de posibilidades, porque yo ya no creía en los concursos. Y al ver que un país de Centroamérica es tomado en cuenta, digo: ‘Bueno, todas tenemos la misma posibilidad de ganar’. De verdad que el límite es el cielo y eso es lo que me motiva también a participar nuevamente.
¿Por qué dejaste de creer en los concursos? ¿Qué fue la parte dura para ti?
Yo creo que lo más difícil son las críticas, estar bajo el ojo público, el no quedar bien con las personas, que nos ven que detrás también de una corona hay una persona, hay un humano que siente, que está cansado, que se desvela, que lo está dando todo, pero a pesar de eso, parece como si nada fuera suficiente.
Entonces, creo que eso me desilusionó un poco y dije: ‘Bueno, voy a tener una vida un poco más bajo perfil’, me voy a preparar un poco más emocionalmente, espiritualmente, porque esto requiere muchísima fuerza emocional y mental, y sobre todo madurez, que creo que es lo más importante.
¿Cómo lidias con los comentarios negativos?
Yo creo que los comentarios negativos son comentarios, nada más. Es la percepción de las personas, pero yo soy una persona que cree mucho en Dios. Y, de hecho, me salió un pasaje hace dos días que habla acerca de eso y es cómo uno necesita tanto esa validación externa, que necesita esa aprobación, y no es necesaria siempre y cuando uno obra de manera correcta, que haga su mayor esfuerzo, que sea de bien para otras personas, que sea amor, que sea empático, que sea humilde.
Las opiniones de los demás, realmente solo se quedan en opiniones y nada más. Y uno tiene que seguir trabajando y orando bien. Y, sobre todo, que lo que más importa es hacer las cosas bien ante Dios.