El 31 de mayo de 2024, Michelle Obama se enfrentó a un fuerte golpe emocional que lo cambió todo. Aquel día, la ex primera dama se despedía de su madre, Marian Robinson, de 86 años, un parteaguas en la vida de Michelle que la hizo ver todo de forma diferente, enfocándose en ella misma mientras atravesaba un luto del que ha aprendido mucho. Una nueva visión que se contrapone con la Michelle que de la que somos testigos en su nuevo libro, The Look.
Previo a aquel suceso, Michelle sabía que su madre estaba enferma, por lo que decidió estar más cerca de ella y cuidarla en los que después se convirtieron en sus últimos meses de vida. Un día, en apariencia normal, ambas estaban en casa, en un ambiente tapizado con la luz de la televisión en la sala mientras veían algún programa sentadas en el sofá. De pronto, Marian expresó: "Vaya, eso fue rápido". Michelle, un tanto desorientada, le preguntó a qué se refería. "La vida", dijo la mujer que la vio crecer.
Michelle recordó ese momento durante un evento de People en Nueva York, en el que también relató cómo es que las palabras de su madre tuvieron gran impacto en ella no sólo ese día, sino hasta la fecha. "Eso fue todo lo que dijo, pero lo que entendí, incluso con su enfoque práctico, fue que uno nunca está del todo preparado", explicó.
Para la esposa de Barack Obama, la vida de su madre aún tendría más capítulos por escribir, pero no hubo más tiempo. "Simplemente llega, y luego la vida se acaba. Yo pensaba: 'Déjame escuchar esto. Déjame entender que, incluso con una vida maravillosa, quiero estar presente'".
En aquella reflexión personal, Marian había dado, sin saberlo, una última lección a su hija, la cual la hizo reevaluar todo y tomar un rumbo en el que sólo importa lo que ella quiere hacer, más no lo que una agenda marque en su nombre. En enero próximo, Michelle cumplirá 62 años, se encuentra en la primera etapa de una nueva década que ha decidido hacer suya. "Creo que la sensación de cumplir 60 años se trata de intentar estar presente. Intentar estar presente en este momento de mi vida para que este último capítulo sea exactamente como yo quiero que sea", expresa.
Aunque sabe que la vida puede terminar de un momento a otro, no deja atrás la posibilidad de seguir disfrutando por muchos años más. "Si tengo suerte, viviré hasta los 90 y eso serán 30 buenos veranos", agregó.
Así explica a sus hijas que un día no estará
En muchas ocasiones, damos la vida por sentada, imaginamos que un nuevo día iniciará una y otra vez, quizá evitando pensar que llegará el momento en el que no volverá a amanecer. Para Marian, siempre existió la posibilidad de morir, y desde que sus hijos Michelle y Craig eran pequeños, les hablaba sobre ello. "Lo que ella hacía era hacernos saber que nos amaba, pero que podíamos vivir la vida con y sin ella, y ahora lo entiendo como madre", explica sobre cómo a los 10 años escuchó a su madre expresar todo su amor.
Junto a Barack Obama, Michelle formó una familia con la llegada de sus hijas Malia y Sasha, de hoy 27 y 24 años, a quienes intenta darles la misma lección que recibió siendo una niña. "Quiero que mis hijas sepan que las amo, que me aman; pero no me necesitan. Saben todo lo que necesitan saber para tener éxito en la vida", dijo. Una gran lección racional que no frena a los sentimientos al enfrentarse a la ausencia de un ser amado.
En una en el cual revela las últimas palabras que cruzó con su madre, cómo la ayudaron a disfrutar de la vida y la forma en la que prepara a sus hijas para cuando se enfrenten a su ausencia.









