Miss Universe Puerto Rico, Zashely Alicea, cuenta que las artes la impulsaron a soñar: 'Me hicieron la mujer que soy'

Sí, desde niña, como puertorriqueña. En Puerto Rico, yo digo que el Miss Universe es un deporte nacional, casi. Así que desde niña he soñado con estar en el Miss Universe y representar a Puerto Rico. Y aunque no lo había hecho directa o conscientemente, siento que desde pequeña toda mi formación ha sido para estar en este momento como Puerto Rico. Sí, es una emoción increíble saber que ahora estoy cumpliendo este sueño y que soy Miss Universe Puerto Rico.

¡Wow! Yo estoy sumamente agradecida. Es una gran responsabilidad, porque Puerto Rico, como saben, es un país que ha buena representación y que sí somos pasionales por los certámenes de belleza, así que es una gran responsabilidad. Igualmente, el simple hecho de llamarme Puerto Rico, es un respeto por la patria, por nuestro nombre, por nuestra bandera. 

Y es algo que no dejo que influya negativamente en mí, al contrario, lo utilizo para empujar más, para dar el máximo de lo que yo sé que soy capaz

Fue una decisión para retarme, para hacer un cambio en mi vida. Sentía que ya había cumplido con lo que alguna vez había deseado, que era ser una bailarina profesional, tener un bachillerato en psicología. Y sentí que estaba en un estado de mi vida, por decir, cómodo, donde sabía qué iba a pasar y qué no cómo manejar las situaciones. 

Y decidí entrar a Miss Universe Puerto Rico para retarme, para saber de qué soy capaz para nuevas experiencias, conocer e igualmente, llevar el mensaje y mi historia al universo, enseñarle al mundo de lo que las artes y el deporte pueden hacer por ti, no importa de dónde vengas. Yo vengo de bajos recursos económicos y a mí las artes y el deporte fueron quienes me abrieron las puertas y me hicieron la mujer que soy hoy.

El arte y el deporte me dio, primeramente, disciplina, educación. La educación fue gracias a las artes. Yo estudié en la escuela especializada en ballet Julian E. Blanco, que, a pesar de ser una escuela pública, porque no podíamos costear una escuela privada, fue una educación diferente, dirigida hacia las artes, hacia atreverte a soñar, hacia la disciplina, los valores, saber trabajar en equipo, cómo manejar la presión de distintas maneras. 

Así que las artes, específicamente el ballet, me ayudaron de esa forma, me dieron educación, y no tan solo educación escolar, pero también educación para la vida, para saber cómo manejar situaciones en la vida. Siempre he dicho que las artes no son necesariamente para ser un artista. Todos debemos incluir las artes en nuestra educación, pero no para ser artistas, sino para desarrollar seres humanos que se atrevan a soñar, que se atrevan de lo que son capaces, que sepan convivir y que puedan exponerlo al mundo.

Sabemos que los certámenes son un campo que puede ser difícil para las emociones, la mente, el pensamiento. Así que la psicología siento que me ha ayudado a entender que hay muchas decisiones que están fuera de mi control, que yo no puedo ni voy a controlar lo que otras personas opinan sobre mí o actúen en base a mis acciones. 

Es entender igualmente cómo manejar las emociones, me ha ayudado muchísimo manejar las emociones y saber cómo buscar volver a mí en momentos donde me encuentro quizás bajo mucha presión o emociones más fuertes.

Sí. En la noche final tuve el privilegio de ser evaluada por Zuleyka Rivera, que fue nuestra última corona universal, y tuve unos tres minutos, aproximadamente, donde pude conversar con ella. Y algo que siempre me mencionó, no tan solo ella, pero pasada de reinas, es que me disfrute el momento, que lo aproveche al máximo y que demuestre de lo que Puerto Rico es capaz, que sea yo, que siempre sea yo y sea auténtica, que no me deje llevar por lo que digan otras personas.

Amén. Sí, estamos trabajando para ello, para traer esa sexta corona que tan apreciada y querida es en Puerto Rico.

El trabajo es diario. El diario comienza sumamente temprano. Mis días, por lo general, comienzan a las 6:00 o 6:30 de la mañana, vienen terminando 11:00 de la noche. Y por lo general, comienzo yendo al gimnasio, dos horas de entrenamiento. Luego voy, dependiendo de los días de la semana, entrenamiento en oratoria, en contenido, no tan solo cómo decirlo, pero también saber qué decir.

Pasarela, proyección, igualmente, es un balance entre el entrenamiento y el posicionamiento, porque sabemos que también hay que hacer medios, hay que exponerse, hay que hacer contenido. Así que los días se balancean entre entrenamiento y posicionamiento. Pero si es un poco diario, que comienza desde temprano hasta por la noche, fines de semanas, es literalmente diario. Pero igualmente digo que cuando estás haciendo lo que te gusta, cuando estás cumpliendo un sueño, no hay pesadez, no hay cansancio que se interponga entre ese sueño.

La psicología, de hecho, me ha ayudado a entender que no somos perfectos y que no le vamos a agradar a todo el mundo. Para mí, la perfección ocurre cuando tú te aceptas, cuando entiendes de lo que eres capaz y aceptas igualmente tus errores. 

Ser perfecto no es algo posible para el ser humano y, de hecho, si fuéramos perfectos siento que perderíamos nuestra esencia. Es eso lo que nos hace distinto, esas diferencias, esos errores, los que nos hace ser humano y los que nos hace aprender día a día de cómo manejar esto que llamamos vida.

Sí, Elevarte nace desde mi historia, desde lo que ha sido mi formación y lo que me ha llevado a donde estoy. Con Elevarte, lo que yo busco es transformar vidas a través del arte, incluso también a través del deporte. Llevar el mensaje y talleres accesibles a comunidades de bajos recursos de que no importa lo que esté ocurriendo a su alrededor, la realidad la vas a determinar tú, tu futuro lo vas a determinar tú.

Con las artes, yo solamente busco abrirles el pensamiento, que se atrevan a soñar, enseñarles valores, disciplina y de lo que son capaces, que sepan cómo convivir con otros, erradicar la violencia, disminuir la deserción escolar, igualmente. Todo esto va arraigado a la convivencia, a reconocer que tenemos valores. Y con los talleres, con mi historia, con el compartir con estos jóvenes y niños, eso es lo que busco, erradicar y que entiendan que es posible, una vida es posible diferente a lo que ellos están acostumbrados a tener.

Claro, sí, para mí es un placer, es un honor servir y saber que estoy dejando un granito de arena en el cambio de la sociedad, así sea mínimo, pero sé que poco a poco, granito a granito, se crean unas montañas. 

Así que esa es mi misión, que no tan solo Elevarte se quede conmigo o en mi participación, pero también expandirlo al universo, que se hagan aliados, se hagan becas para ayudar a estos niños, programas en línea donde otras personas igualmente se puedan instruir y llevar el mismo mensaje a sus distintas comunidades.