Las puertas del Museo del Louvre siguen cerradas a turistas y el público en general luego del histórico robo ocurrido en sólo siete minutos este domingo 19 de octubre en la Galería Apolo. En el interior del icónico recinto, las autoridades continúan con las investigaciones del suceso que impactó al mundo entero, y del que han revelado las nueve joyas de valor incalculable que fueron extraídas de la colección de la corona francesa, entre ellas un collar, una tiara y un broche que pertenecieron a Napoleón III y a la emperatriz Eugenia de Montijo.
El Ministerio de Cultura informó que la tiara del conjunto de joyas de la reina María Amélie y la reina Hortensia, es una de las piezas faltantes; así como el collar del conjunto de zafiros de la reina María Amelia y la reina Hortensia. De las mismas propietarias, un pendiente, más no el par completo, también fue robado y pertenece al conjunto de zafiros.
El collar de esmeraldas del conjunto de María Luisa y un par de pendientes de esmeraldas también de ella fueron sustraídos en los siete minutos que pondrían en jaque a las autoridades francesas. También se reveló que el broche relicario fue robado este domingo.
De la emperatriz Eugenia también se cuenta su tiara, así como el broche, o gran nudo de corpiño. Los ladrones igualmente se habían llevado la corona de la emperatriz, pero fue encontrada a las afueras del museo. Supuestamente, durante el escape, se les habría caído, por lo que la pieza, hecha de oro, esmeralda y diamantes, ahora presenta daños graves.
¿Cómo ocurrió el robo y qué se sabe de los ladrones?
A plena luz del día, cerca de las 9:30 am (hora local) y con visitantes recorriendo los pasillos del museo, cuatro personas encapuchadas ingresaron al Louvre a través de una ventana hacia la zona en la que se exhiben las joyas de la realeza francesa. Sin violencia, habrían utilizado una grúa para acceder, así como herramientas con las que lograron sustraer las piezas históricas.
Tras el robo, el público al interior del museo fue evacuado. La gente no entendía qué sucedía y algunos hasta pensaron que se trataba de un incendio, pues las autoridades optaron por despejar el lugar de forma inmediata para conservar huellas y detalles que los lleven hacia los responsables.
Por el momento, no se tiene un grupo criminal señalado, y las grabaciones de las cámaras tanto del museo como de la ciudad son analizadas para lograr dar con los responsables de este robo que, por su rapidez y sencillez, deja atrás las escenas de Hollywood en las que se supone un asalto con herramientas sofisticadas y una planeación estratégica.
La situación ha desatado la duda en el mundo entero: ¿Con qué fin roban estas joyas históricas de valor inmensurable si no se pueden vender? Algunos creadores de contenido especulan que las piezas podrían ofertarse en el mercado negro, o que pudo haber sido un pedido específico de los coleccionistas de arte.
Otros más consideran que las joyas serían desmontadas para así fundir los metales, como el oro, y poder venderlo; lo mismo sucedería con las piedras preciosas, que sueltas estarían a la venta sin levantar tantas sospechas. Un caso que nos lleva a 2016, cuando Kim Kardashian fue asaltada en su habitación de hotel, precisamente en París, y cuyas joyas, entre ellas su anillo de compromiso, fueron vendidas por partes en cuestión de horas.