Gabriel Soto atraviesa una etapa de plenitud profesional que llega como un respiro después de tiempos difíciles. Su regreso a la televisión con Monteverde no solo ha significado un triunfo en audiencias, sino también una profunda renovación personal. La telenovela, que desde su estreno conquistó los primeros lugares de rating en la televisión mexicana y que llegará a la pantalla de Univision el próximo 3 de noviembre, marcó para el actor un antes y un después en su vida.
“Me siento totalmente bendecido con una alegría que no existen las palabras para describir. Realmente Monteverde ha sido un fenómeno. No hay otra palabra. Los números de audiencia son fuera de serie”, expresó el intérprete en una entrevista para Entretelenovelas Magazine. “Creo que hace mucho tiempo no se veían unos números de audiencia así. Sumamente agradecido con el público que ha hecho de Monteverde lo que ha sido y que nos han aceptado todas las noches en sus casas”.
Durante la conversación, el protagonista de Mi camino es amarte se mostró más vulnerable que nunca y confesó que este proyecto llegó en el momento en que más lo necesitaba. “Yo agradezco todo lo que pasó con Monteverde, fue como regresarme mi alma al cuerpo, rescatarme en todos los sentidos, tanto a nivel personal como profesional. Monteverde para mí fue la luz al final del camino y fue como el resurgimiento de Gabriel Soto en todos los sentidos”, declaró con honestidad.
El actor reconoció que antes de integrarse a la producción de Lucero Suárez, atravesó uno de los periodos más complicados de su vida. “Nunca había pasado tanto tiempo entre yo hacer una novela y otra. Fue más de un año que estuve sin hacer novela, entonces yo era así de: ‘Me está entrando la crisis de los 50 años, ya no me están hablando, qué está pasando’. Tuve un año muy complicado el año pasado en donde tuve temas de salud”, reveló.
Soto explicó que fue justo esa pausa la que lo ayudó a reencontrarse consigo mismo. “Creo que el universo se conjugó de tal manera que me dijo: ‘A ver, es tiempo para ti, descansa, recupérate, alíviate’. Y cuando veo a Lucero (Suárez) que ya estaba yo dado de alta y ya me sentía muy bien en todos los sentidos, fue así como un balde de luz y de emoción de saber que iba a empezar a hacer una novela otra vez. La verdad es que Lucero me vino a salvar la vida, así tal cual y literal: me vino a salvar la vida”, compartió con emoción.
Sus hijas, sus más grandes admiradoras
Además de su satisfacción profesional, el actor destacó lo especial que ha sido compartir el éxito de Monteverde con sus hijas, quienes disfrutan de verlo en pantalla. “Estaban súper felices, todas las noches me dicen: ‘Papá, hay que ver Monteverde’. Sobre todo la chiquita. La grande tiene que estudiar, entonces había días en donde me decía: ‘Papá, no, tengo que hacer tarea’. Pero la chiquita estaba… Y eso es algo bien bonito, que abarcamos un público de todas las edades por la alegría y por la luz que inyectaron al proyecto los niños que estaban en la novela. Y, aparte, el tono de comedia que se manejó durante todo el proyecto hizo también que fuera una novela totalmente familiar”, señaló con orgullo.