Diane Keaton falleció este sábado a los 79 años, según confirmó la revista People. La emblemática actriz murió en California, aunque por el momento no se han revelado más detalles sobre las circunstancias de su partida. De acuerdo con un portavoz, su familia ha solicitado privacidad en este difícil momento.
© Getty ImagesUna vida dedicada a la actuación
En 1946 nació en California Diane Hall, una joven que años después adoptaría el apellido Keaton, el de soltera de su madre, para firmar su destino artístico. Su historia comenzó en los escenarios de Broadway con la obra Hair, pero la verdadera transformación llegó cuando Woody Allen la eligió para compartir créditos en Play It Again, Sam. Aquella colaboración fue el inicio de una conexión creativa que redefiniría la comedia moderna.
© Getty ImagesDe esa complicidad nació Annie Hall (1977), la película que no solo la consagró como actriz, sino que cambió el tono de las historias románticas en Hollywood. Su interpretación de Annie le valió el Oscar a Mejor Actriz, pero más allá del premio, Keaton ofreció un nuevo tipo de protagonista femenina: imperfecta, libre y llena de contradicciones. Su forma de vestir —pantalones anchos, chalecos y camisas masculinas— se convirtió en una declaración estética y cultural, un reflejo de independencia que rompió moldes en pantalla y fuera de ella.
© Getty ImagesAunque su nombre suele asociarse a Woody Allen, Keaton construyó una trayectoria que trascendió cualquier etiqueta. Fue Kay Adams en El Padrino (1972), bajo la dirección de Francis Ford Coppola, un personaje que la colocó en el corazón de una de las sagas más influyentes del cine. Años después, Warren Beatty la dirigiría en Reds (1981), donde dio vida a la periodista Louise Bryant, papel que le valió una nueva nominación al Oscar. En décadas posteriores demostró su versatilidad en títulos como Marvin’s Room y Something’s Gotta Give (2003), junto a Jack Nicholson, reivindicando que el encanto y la sensualidad no dependen de la edad.
© Getty ImagesDetrás de la cámara
Fuera de cámara, Keaton exploró su lado más introspectivo como directora y documentalista. Con Heaven (1987) se adentró en temas filosóficos sobre la vida después de la muerte, mientras que Unstrung Heroes (1995) mostró su mirada cálida hacia las dinámicas familiares. Su curiosidad creativa también la llevó al mundo de la restauración arquitectónica, donde encontró una nueva forma de expresión. En Los Ángeles, la actriz convirtió casas antiguas en obras de arte, siempre guiada por una estética que combinaba lo industrial con el romanticismo californiano.
A lo largo de los años, Diane Keaton se ha mantenido como una figura única: actriz, directora, diseñadora y defensora del patrimonio urbano. Su carrera, marcada por el ingenio, la elegancia y la independencia, la convirtió en mucho más que una estrella de cine: en un símbolo de autenticidad que sigue inspirando a generaciones enteras.
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