La reunión entre el príncipe Harry y su padre, el rey Carlos III, se ha convertido en el evento real más comentado de las últimas semanas. No era para menos: habían pasado más de dieciocho meses sin verse en persona, y el esperado encuentro en Clarence House, alrededor de una taza de té, despertó una ola de expectativas en torno a la reconciliación entre el Duque de Sussex y su familia. Aunque algunos lo calificaron como un gesto de relaciones públicas “desatinado” y otros señalaron lo formal del ambiente, lo cierto es que se trató de un acercamiento largamente esperado.
Ante las especulaciones, el propio príncipe Harry optó por no dejar lugar a interpretaciones. A través de un portavoz, el hijo menor de Carlos III rechazó de manera tajante los rumores sobre el tono de la reunión. “Los informes recientes sobre la opinión del duque sobre el tono de la reunión son categóricamente falsos”, declaró el representante, en un intento de preservar la intimidad de lo que, al final, no deja de ser un momento familiar. El comunicado también desmintió versiones de algunos medios británicos que llegaron a sugerir que Harry había sido tratado por su padre como un “visitante oficial”.
El pronunciamiento fue más allá, sugiriendo que detrás de los rumores hay intereses poco conciliadores: “Las citas atribuidas a él son pura invención alimentada, solo se puede suponer, por fuentes que buscan sabotear cualquier reconciliación entre padre e hijo. Presumiblemente, esas mismas fuentes también han decidido divulgar que se intercambiaron regalos”. Con ello, el portavoz subrayaba la necesidad de mantener a salvo un momento que ambos protagonistas quisieron vivir sin presiones externas.
Sin embargo, sí hubo espacio para una aclaración: “Aunque hubiéramos preferido que esos detalles permanecieran privados, para mayor claridad podemos confirmar que se entregó una fotografía enmarcada; sin embargo, la imagen no contenía al Duque ni a la Duquesa”, puntualizó el mismo vocero. Un gesto simbólico que, aunque sencillo, refleja un deseo de acercamiento entre padre e hijo.
Un encuentro esperado
Fuentes cercanas confirmaron a HELLO! que la cita había estado “en consideración” desde hacía tiempo, aunque ni Harry ni su padre quisieron comprometerse de antemano a que ocurriera. Finalmente, el Palacio de Buckingham se limitó a confirmar el té privado, mientras los fotógrafos registraban la llegada del Duque y su partida, apenas 54 minutos después. Breve, sí, pero suficiente para abrir una puerta que llevaba demasiado tiempo cerrada.
El propio ánimo de los protagonistas parece apuntar hacia un camino esperanzador. “Le gustaría tener una relación con su padre. No hay duda de ello”, reveló a HELLO! una fuente cercana al Duque. El mismo sentimiento es compartido por el monarca, según el biógrafo Robert Hardman: “Sin duda estará contento de que haya sucedido. Estoy seguro de que le encantaría ver más a Harry y, por supuesto, a sus nietos. Creo que es alentador que hayan pasado de ‘sin hablarse’ a una reunión cara a cara, pero cualquier solución a largo plazo también tendría que discutirse con el príncipe William, y esa situación parece avanzar a un ritmo muy diferente”.