Se presentaba a sí mismo como Simon Leviev, aunque en realidad su nombre es Shimon Hayu; pero ante el mundo entero es conocido como el famoso 'Estafador de Tinder' (Tinder Swindler). Su historia se hizo conocida en 2022, luego de que Netflix estrenara un documental en el que sus víctimas, en su mayoría mujeres, relataran cómo es que habían sido engañadas y la forma en la que terminó robando millones de dólares a través de la famosa aplicación para conocer gente. Hoy, a la historia se agrega un capítulo más, pues las autoridades en Georgia, Estados Unidos, reportan que Shimon Hayu ha sido detenido.
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Las fuerzas de seguridad detuvieron a Simon en el aeropuerto de la ciudad de Batumi. La captura fue en respuesta a los reportes de la Interpol, aunque los detalles de su detención no han sido revelados. El hombre, de hoy 34 años, tenía cargos de parte de varias mujeres que aseguraron haber sido robadas a base de mentiras y promesas de pago que nunca se hicieron realidad; además de un golpe sentimental, ya que todo iniciaba con una charla que parecía seguir su curso a una relación romántica.
Su forma de operar
Hayat utilizó un perfil falso en Tinder para conocer a mujeres en diversas ciudades. En sus charlas, decía ser hijo de uno de los negociantes de diamantes más adinerados del mundo, lo que en mezcla con la ilusión de conocer a su "príncipe azul", lo hacía un "match" seguro, una oportunidad que pocas querían desaprovechar.
Según relataron las mujeres que lo conocieron, les mostraba una vida de lujo a través de las fotos que publicaba en sus redes sociales, y solía citarlas casi de inmediato en el restaurante de un hotel de cinco estrellas para conocerse, ya que él debía emprender un viaje. A algunas de ellas las persuadía de acompañarlo en un jet privado en la primera cita, con lo que se convencían más de que la vida de lujo era real.
Sin embargo, esa ilusión pronto se desvanecería cuando, en nombre de la confianza que Simon había creado en sus "novias", les revelaba que tenía un problema de seguridad que ponía en riesgo su vida y a ellas las dejaba vulnerables. Por ello, no podía usar sus cuentas bancarias y les pedía una considerable cifra de efectivo o sus tarjetas de crédito y prometía pagar tan pronto arreglara todo "con sus enemigos". Ellas, preocupadas, no dudaron en que era sólo algo pasajero y, contrario a un problema, veían una forma de acercarse de forma aún más personal.
Pero la deuda nunca se saldó y las promesas de boda, vivir juntos o tener una familia jamás se materializaron. Con el tiempo entendieron que ese dinero lo utilizaba para pagar las primeras citas con otras mujeres, una cadena de préstamos y desprecio que se repitió por un par de años llegando a una suma estimada de 10 millones de dólares en estafas, cargo por el que pasó en prisión cinco de los 15 meses a los que fue condenado en Israel.
Hayat, además, habría pagado una multa de compensación a sus víctimas, pero aún tiene cargos pendientes por fraude en lugares como Noruega, Reino Unido y Países Bajos; por lo que su captura significaría un avance para las víctimas que aún esperan una resolución tras años de engaño.