Cada vez que pensamos en historias de éxito profesional de inmigrantes, corresponden mayormente a latinos que buscan un futuro mejor en Estados Unidos. Sin embargo, no siempre es así y en este caso resaltamos la semblanza de Jason Kycek, un ejecutivo nacido en Wisconsin que ha desarrollado gran parte de su carrera en República Dominicana y que actualmente es una de las mentes más brillantes de uno de los lugares más alucinantes del Caribe: Casa de Campo.
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De espíritu noble y corazón afable, Jason nos cuenta en una simpática entrevista cómo es que un americano graduado de la Universidad en Negocios Internacionales toma la decisión, a los 23 años, de dejar todo atrás para aventurarse en lo que actualmente se ha convertido en su proyecto de vida más importante en el Caribe.
Una férrea amistad estudiantil y una propuesta de trabajo inesperada lo orillaron a montarse en un avión con rumbo a conocer su destino. La novia de su mejor amigo era de origen dominicano y los tres compartían aulas en la universidad. Una vez graduados, ella decide regresar a su natal isla junto a su novio, ya que sus padres eran dueños de una de las agencias de publicidad más grandes en República Dominicana, y así, una cosa lo fue llevando a la otra. "Y entonces ella vino a mí un día y me dijo: 'Hablé con mi papá, la familia y nuestra familia, y les gustaría ofrecerte un trabajo si quieres venir', afirma.
Estimulado por la oferta laboral, Jason no dudó en hacer maletas. "Siempre he sido aventurero y nunca tuve miedo de viajar, mudarme ni nada por el estilo. Así fue como llegué por primera vez a República Dominicana. Yo no sabía nada de República Dominicana. En realidad, en ese entonces, lo único que sabía era que los jugadores de béisbol venían de allí y que tenían buenos puros. Pero nunca supe nada del país, salvo por mi amiga, que era dominicana, estaba de novia con mi mejor amigo de la escuela y habían decidido irse a vivir allá", recuerda.
Su primer empleo en la industria hotelera fue precisamente como gerente de ventas en las oficinas de Casa de Campo, en Miami. Tras unos años en el rubro, Jason entendió que había nacido en él una inmensa pasión. Al poco tiempo y ya adentrado en experiencia, conocería a Loida Kycek, el amor de su vida y actual esposa, con quien lleva 30 años de familia.
Jason ocupa el cargo de Vicepresidente Senior de Ventas y Mercadeo en Casa de Campo Resort en la siempre hermosa República Dominicana. Sus más de 20 años en el negocio de la hotelería de lujo aunado a su liderazgo y calidad humana lo han posicionado como el eje primordial para las ejecuciones en términos de marketing, promoción y gestión de ingresos en La Romana.
"Amo a este país [República Dominicana], ya que me ha permitido establecerme de manera permanente, amo su cultura y todo lo que representa, entonces, cómo no difundir a nivel mundial este hermoso lugar"
"Me encanta este negocio, me encanta esta industria. La industria hotelera se define de forma muy amplia en el mundo actual. Siempre me he sentido atraído por la industria hotelera. Y más aún... supongo que si tuviera que dedicarme a algo más sería al desarrollo. Poder construir y crear algo desde cero. Esto ya estaba construido cuando llegué aquí. Así que simplemente formo parte del equipo que ayuda a mejorar todo aquí para todos", comenta.
Lo más importante para este exitoso ser humano es comulgar con la satisfacción de verse al espejo a diario y reconocer que su arduo trabajo ha dado frutos para la consecución de los objetivos que se le plantearon con respecto a alcanzar altos niveles de excelencia de cara a la satisfacción de los exigentes clientes que visitan a diario Casa de Campo.
Convertido en un verdadero embajador de República Dominicana y con el corazón caribeño, Jason es un eterno agradecido de haber echado raíces en tierras ajenas. "Amo a este país, ya que me ha permitido establecerme de manera permanente, amo su cultura y todo lo que representa, entonces, cómo no difundir a nivel mundial este hermoso lugar. Mi hijo ha crecido en este paraíso y me siento muy orgulloso", confiesa.
"Siempre he sido aventurero y nunca tuve miedo de viajar, mudarme ni nada por el estilo. Así fue como llegué por primera vez a República Dominicana"
Su inagotable labor diaria es un testimonio de compromiso, responsabilidad y dedicación; por ello, el consejo que les da a las personas que se sientan inspiradas con su historia siempre resalta el lado humano. "Mi mayor consejo para los jóvenes de hoy: No pueden simplemente quedarse con el status quo hoy. Si realmente quieren seguir mejorando y sobresalir, y siempre tienen que esforzarse por la excelencia en todo lo que hacen, nadie es perfecto. Todos cometemos errores", enfatiza.
Y agrega: "Encuentra tu pasión, encuentra en qué eres bueno y luego sé lo mejor que puedas ser y sobresalir. Y lo veo todo el tiempo, hoy en día, especialmente. Supongo que fui criado con una buena ética de trabajo. Y creo que una vez que entras en el mundo y comienzas a trabajar en una empresa o a trabajar con un grupo de personas, siempre les digo a los niños, el que va un poco más allá, tarde o temprano se dará cuenta de que estará por delante de todos los demás".