A poco más de 2 años de la sensible fallecimiento de Julián Figueroa, Maribel Guardia habló cómo nunca del duelo con el que ha estado lidiando desde entonces. Más sincera que nunca, la actriz abrió su corazón durante su participación como invitada del programa Netas Divinas, donde se sintió con la confianza de recordar los momentos más difíciles de este proceso que provocó en ella una profunda transformación física y mental. La actriz no pudo evitar las lágrimas al recordar el día en que tuvo que despedir a su único hijo.
Sincera, dijo: "Sí, cuando lo de mi hijo, yo me veía en el espejo y sentí que perdí el brillo de los ojos, yo le decía: 'hijo, no tienes vergüenza, te vas, me dejas sola y te llevas mi brillo'. Me cayeron como 10 años encima. Pasas por muchas etapas con esto de la pérdida tan terrible que sientes como que un rayo te parte".
Maribel confesó que cuando Julián falleció, el sentido de la vida cambió por completo: "Yo nunca me imaginé perder un hijo, porque aparte todo lo que haces es por ellos. Yo me acuerdo que trabajaba pensando en que lo que tuviera era para dárselo a Julián. A veces trabajas tanto y de un momento a otro te cambia la jugada total y absolutamente", explicó.
El milagro de la Virgen de Guadalupe
Por primera vez narró cómo fue que su hijo se le manifestó tras su partida: "¡Claro! más allá que eso. Cuando estaba en el rezo de Julián, lo recé por 9 días, me conecté completamente, me meto en un canal de luz brillante, increíble, lo vi con una luz, con una sonrisa y felicidad, como nunca lo había visto (...) no es un sentimiento que conozcamos los seres humanos, es más allá de la felicidad, paz, amor, euforia, plenitud", recordó.
La actriz le atribuye esta visión a un milagro de la Virgen de Guadalupe, a quien le encomendó a Julián desde que nació: "Fue un regalo que me dio la Virgen. Yo sé que la Virgen me la dio, porque en el teatro siempre tenemos una, entonces siempre que terminaba el teatro, me hincaba a rezar por Julián. Ese domingo que mi hijo murió, antes de salir del teatro, ya él estaba muerto, pero yo no sabía, me hinqué a pedirle po él, entonces, cuando llegué a la casa...", dijo entre lágrimas.
Después de tomarse un minuto para reponerse, recordó que el día que falleció Julián, primero habló con la Virgen: "En mi casa, tengo una que pintó mi mamá y cuando la veo, lo primero que quería era reclamarle, decirle: '¿pero por qué?, si te lo he encargado tanto y te he pedido tanto por él', pero no, cuando llegué, me hinqué y le dije: '¿pero yo qué te puedo reclamar si tú perdiste a tu hijo. Gracias Virgencita, seguramente te lo llevaste porque tenía ya su momento, tal vez le esperaba algo peor y tú lo rescataste de eso'. Al hincarle, rezarle, me sentí con paz, ya después lo fui a ver..."dijo visiblemente conmovida.
A pesar del inmenso dolor que trajo la muerte de su hijo, la actriz admitió que ha resultado fortalecida de esta experiencia: "Son momentos muy duros, pero de mucho aprendizaje. Le doy gracias a Dios porque tuve la suerte de tenerlo... el baby shower, tenerlo en el estomago, cuando te lo dan en los brazos, es amor infinito que no vuelves a sentir nunca", dijo.