Antes de fallecer a los 76 años, Ozzy Osbourne habló abiertamente sobre cómo quería su funeral. El líder de Black Sabbath dijo una vez: "Si caigo muerto al final, moriré feliz".
¿Quién habría imaginado que tan solo días después de un concierto épico donde Ozzy lo dio todo —y su hija Kelly Osbourne se comprometió justo después de la última canción, frente a su familia y su padre— la alegría se desvanecería tan rápido?
El rockero se había reunido con sus compañeros originales de Black Sabbath, Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward, por primera vez desde 2005, despidiéndose con un emotivo adiós tras décadas de actuaciones en vivo.
Poco después de ese último concierto, Ozzy falleció el pasado martes 22 de julio. Su familia confirmó la desgarradora noticia en un comunicado público. Fans y compañeros músicos recuerdan las palabras de Ozzy sobre su funeral, llenas del humor y la audacia que lo definieron.
En su autobiografía, I Am Ozzy, la leyenda del rock se sinceró sobre el duelo: "En Inglaterra te enseñan a afrontar la vida, pero no te enseñan nada sobre la muerte. No hay ningún libro que te diga qué hacer cuando muere tu madre o tu padre". Es una mirada poco común a una faceta más vulnerable de Ozzy, compartiendo la silenciosa confusión que conlleva perder a un ser querido.
A lo largo de los años, las entrevistas de Ozzy mostraron una mezcla de aceptación, humor y profunda reflexión al hablar sobre la muerte. Sus perspectivas se vieron influenciadas por años de batallas por su salud, incluyendo la enfermedad de Parkinson y múltiples cirugías, así como por su lucha contra las adicciones. A pesar de todo, se expresó siempre con claridad e ingenio, manteniendo su perspectiva única. Más que nada, quería ser recordado con alegría, no con tristeza.
Incluso ante la muerte, Osbourne se mantuvo fiel a sí mismo: audaz, impredecible y completamente original. No quería una despedida triste ni tradicional. Imaginó una despedida tan alocada e inolvidable como su vida misma.
Los deseos funerarios de Ozzy en sus propias palabras
Aunque su familia no ha compartido los detalles oficiales, Ozzy fue claro sobre sus deseos. Habló abiertamente de su visión del funeral en numerosas entrevistas a lo largo de los años. No quería un evento triste o sombrío, ni lo que él llamaba una "fiesta de desánimo". En cambio, imaginó una celebración alegre de su vida y la oportunidad de agradecer a sus fans, familiares y amigos por su apoyo. A menudo decía que se sentía afortunado de haber vivido la vida que tuvo y quería que su despedida reflejara ese espíritu. No quería un funeral triste. Quería que fuera un momento de agradecimiento, como declaró a The Times en 2011.
La opinión sincera y audaz de Ozzy sobre las canciones fúnebres
Ozzy tenía opiniones firmes, a menudo humorísticas, sobre la música que quería para su funeral. En una entrevista de 2016, expresó una clara preferencia por The Beatles, diciendo que le gustaría A Day In The Life o algo de Revolver, atribuyéndolos como la razón por la que se dedicó a la música. También dejó claro que no quería que sonara ninguno de sus éxitos, calificándolos de "vergonzosos". En 2011, bromeó sobre incluir cancionesde diversos artistas.
"Honestamente no me importa lo que vayan a tocar en mi funeral, pueden poner un popurrí de Justin Bieber, Susan Boyle y We are the Diddymen si eso los hace felices". Pero también dejó una petición clara: "¡Nada de canciones alegres! ¡Estoy muerto!".
Una última broma del 'Príncipe de las tinieblas'
Como bromista de corazón, era comprensible que Ozzy quisiera una última broma en su funeral. No quería nada pesado ni serio. Además de la idea de golpear el ataúd que mencionó en Men's Journal, también bromeó con poner un video de él mismo pidiendo una "segunda opinión" a un médico sobre su muerte. Ese tipo de humor negro era clásico en Ozzy. Suceda o no, demuestra exactamente cómo quería irse.