A lo largo de los años, Gabriel Soto y Geraldine Bazán han procurado mantener su vida familiar lo más alejada posible del foco mediático, especialmente en lo que respecta a sus dos hijas, Elissa Marie y Alexa Miranda. Sin embargo, debido a las circunstancias propias de sus carreras, la exposición pública ha sido inevitable en ciertos momentos. Ante ello, ambos han hecho un esfuerzo genuino por proteger a sus pequeñas, brindándoles siempre un entorno de contención, diálogo abierto y sinceridad.
Recientemente, Gabriel Soto fue abordado por la prensa para hablar precisamente sobre cómo sus hijas han aprendido a sobrellevar la atención mediática y los episodios polémicos que, en ocasiones, han rodeado su vida personal. El actor compartió cómo Elissa y Miranda han demostrado una madurez poco común para su edad. “Son niñas muy inteligentes y muy maduras, pero sin perder de vista que soy su papá y que tengo que poner límites”, expresó Gabriel, en declaraciones retomadas por el programa De Primera Mano. “No es la vida que lleva cualquier persona, están expuestas a todo lo que es la crítica pública, pero lo saben llevar muy bien”.
Reconoce la fortaleza de sus hijas
Consciente de que el entorno en el que crecieron no es convencional, Soto destacó que tanto él como Geraldine han procurado mantener una comunicación cercana y transparente con sus hijas. “Su mamá se dedica a esto, desde que nacieron saben lo que es (la fama), y hablamos mucho con ellas. La verdad es que son dos niñas muy inteligentes emocionalmente”, añadió.
¿Se considera un buen padre?
En cuanto a su rol como padre, Gabriel se mostró honesto y humilde al reconocer que la paternidad es un camino de aprendizaje constante. “Le echo muchas ganas. Uno no nace sabiendo ser papá, no hay una guía o un manual. Simplemente, con amor, con estar presente en la vida de tus hijos, y como Dios me da a entender la paternidad”, comentó con una sonrisa.
Asimismo, reveló que no teme reconocer sus errores ante sus hijas cuando es necesario. “A veces uno se enoja, sube la voz, y a lo mejor no son las formas. Muchas veces he tenido que pedirles perdón, y eso también es parte de enseñarles con el ejemplo”, concluyó con honestidad.