Alejandro Sanz ha hecho frente a una gran controversia que, desde el fin de semana, puso su nombre en el ojo del huracán luego de que la joven española, Ivet Playá, lo acusara directamente de manipulación. Fue a través de un video compartido en las redes sociales, que la originaria de España expuso la situación, en la que se declaró fan del cantante desde su adolescencia, teniendo contacto con él de forma virtual hasta ser parte de su equipo y tener un vínculo íntimo siendo mayor de edad. Ante las acusaciones de Ivet, Sanz ha emitido una respuesta directa en sus historias de Instagram, en donde de forma breve se dirige a ella pero ante la mirada del público.
"Ivet, yo tenía un recuerdo muy bonito de nosotros dos, personas adultas compartiendo su cariño, siendo libres. Qué pena que este sentimiento se haya roto ahora", escribe el intérprete, cuyas palabras podrían confirmar que entre ellos hubo alguna relación, pero como ambos mencionan, cuando ella habría cumplido la mayoría de edad y de mutuo acuerdo, sin forzar nada. En su escrito, Sanz asegura que la comunicación con Ivet habría continuado hasta hace algunas semanas, cuando ella intentaba emprender con ayuda del cantante, a lo que él se habría negado: "En el mes de mayo me ofreciste participar en invertir en unos negocios familiares tuyos, tras revisarlo con mis asesores te dije que no".
Al parecer, esta situación podría haber derivado en que la joven intentara difamar al cantautor; sin embargo, en su publicación, Alejandro sólo le desea cosas buenas a pesar del mal rato que ambos han pasado desde que Playá, de hoy 26 años, publicó el video: "Siento que tu reacción sea esta pero quiero que sepas que nunca he sido partícipe de estas prácticas y así seguiré toda mi vida. Te deseo encuentres pronto tu camino y felicidad".
Sanz no especifica si tomará medidas legales en contra de su fan, quien en sus redes sociales solía compartir fotos en los conciertos, entre el público, en los foros y, por supuesto, con el cantante. Fotos y recuerdos que incluyó en el video en el que hizo las acusaciones, y que coinciden con la época en la que él estaba casado con Raquel Perera, madre de sus hijos menores, Dylan y Alma; de quien se divorció en 2019.
¿Qué dijo Ivet Playá?
Según sus propias palabras, su contacto habría empezado en 2015, cuando ella tenía 18 años y él 49. "Yo era su fan y él me siguió en redes sociales. Yo alucinaba con que alguien como él, tan famoso, me mandara mensajes, me comentara las fotos o incluso publicara cosas mías", dijo. Como una fan emocionada por seguir a su artista favorito a todos lados, Ivet trabajó en diversas ciudades para ir a su gira durante un mes y medio. A los 22 años, Sanz la habría contratado, por lo que ella se habría mudado a Madrid de tiempo completo, pero calificó su sueño como una "pesadilla" luego de que su contacto se volviera íntimo.
"Me siento engañada. Me siento utilizada. Me siento humillada. Me siento, incluso, sucia porque no sé quién ha podido llegar a ver lo que yo le mandaba en mi más absoluta e íntegra intimidad. Sus acciones llegaron a traspasar cualquier límite de lo que yo consideraba, y considero, moral e incluso, humano", continuó.
Ivet aseguró que decidió hablar ahora, ocho años después, porque ya no es esa niña manipulable: "La Ivet de hoy sabe lo que es un vínculo sano, proporcional y recíproco". Y reiteró que no busca culpar de forma legal al artista, quien no habría cometido ninguna falla delictiva. "No es el qué, es el cómo. Han pasado tantas cosas que necesito tiempo para explicarlas con todo tipo de detalles y pruebas", explicó en una de sus historias al recibir varios cuestionamientos por parte de los internautas.