Ángela Aguilar creció en una familia tradicional mexicana, en la que aprendió de su abuela, Flor Silvestre, más que sólo el gusto por la música regional. La mujer de 20 años recién reveló que en el ámbito más hogareño, solía tomar nota de la mamá de su papá, Pepe Aguilar, a quien observaba cada vez que entraba a la cocina a crear platillos deliciosos, un detalle que ahora ella replica para su esposo, Christian Nodal y que él mismo ha elogiado.
En entrevista con Pati Chapoy del programa mexicano Ventaneando, Ángela confesó que cada vez que su abuela paterna iba a la cocina, ella la grababa. "Trataba de seguir sus recetas", dijo con una gran sonrisa por todo lo que aprendió de ella. Por si fuera poco, del lado materno, la cantante también aprendió sobre el sabor argentino, pues su abuela Eva Mendoza, madre de Aneliz Álvarez, "hacía ñoquis y cuernitos de 10".
Este curioso detalle en la personalidad de Ángela llamó la atención de su entrevistadora, quien le preguntó sobre cuándo es que tiene tiempo para la cocina, un lugar altamente demandante, pues tanto ella como su esposo, Nodal, suelen estar lejos de casa en giras y ensayos para sus conciertos. "Aprendí algo de mi abuelita Flor, y es que ella llevaba su parrillita en el autobús, en el avión o donde sea que estuvieran. Y con Christian, la verdad, hago lo mismo", aseguró.
La intérprete de El Equivocado aseguró que complace el paladar de su marido con las peticiones que él haga, y que incluso le hace tortillas. "Christian y yo estamos entre México y Estados Unidos, pero tenemos una casita cerca de mis papás. Cuando no tenía nada en la cocina porque apenas nos habíamos mudado, yo me iba a la casa de mis papás y les robaba los jitomates, los huevos para poder hacer el desayuno antes de ir al súper", dijo entre risas.
El cambio en la rutina de Ángela Aguilar tras su relación con Christian Nodal
En su charla, Ángela Aguilar expresó lo mucho que le gusta ir al súpermercado, una salida que ha dejado de hacer por la ansiedad que la causa estar en público cuando no se trata de sus conciertos o de los de su esposo. "Mucha gente que me grababa en los pasillos, no era normal una foto con alguien, como que me grababan de lejos y me daban ataques de ansiedad, así que dejé de ir al súper", reveló.
Y continuó: "Ha sido de meses para acá. Yo crecí en esto, pero fue diferente porque se tornó tan negativo que ahorita sí me da miedo porque la gente es muy cruel, agresiva y ni me conocen". A pesar de ello, la cantante explica que su terapia la ha ayudado, pues se siente mucho mejor emocionalmente: "Me guardé, me cuidé y ahorita siento que ya estoy en una situación mental mucho más segura, mucho más fuerte. Creo que después de tanto golpe me hice más fuerte".