Raúl de Molina©@rauldemolina

Raúl de Molina y su esposa se reencuentran con su hija Mía en Washington D.C.

La hija del presentador estudia en la capital del país, por lo que pasan mucho tiempo separados

Raúl de Molina y su esposa Mily viajaron a Washington D.C. a propósito de los Premios Univisionarios, los cuales dintinguieron a personalidades latinas sobresalientes. Aprovechando su paso por la capital del país, el presentador de El Gordo y la Flaca visitó a su hija Mía de Molina, quien reside en dicho lugar donde lleva a cabo sus estudios universitarios. La familia de tres se encontró en la ciudad y disfrutaron de una agradable velada, además de salir a pasear por los lugares más icónicos.

Hija y esposa de Raúl de Molina©@rauldemolina
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Mía de Molina con su mamá en Washington D.C.

A través de sus redes sociales, Raúl dio un vistazo de la cena que tuvo con su hija y su esposa en SHOTO, un exlcusivo restaurante de comida japonesa contemporánea, el cual es reconocido como uno de los mejores de la ciudad. Como buen amante de la gastronomía, el conductor de televisión disfrutó de la cena, así como de la buena compañía.

Raúl de Molina©@rauldemolina
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En cada oportunidad que tiene, Raúl viaja a D.C. para ver a su hija, quien actualmente tiene 22 años y está a punto de terminar la universidad. Mía no siguió los pasos de su padre dentro del mundo del entretenimiento, sino que se decidió por Negocios internacionales, carrera que estudia en una de las universidades más prestigiosas del país.

Raúl de Molina y su esposa e hija©@rauldemolina
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Raúl y su esposa están muy orgullosos de su hija

De acuerdo con el propio Raúl, Mía los tiene más que felices, pues obtiene buenas notas en el colegio, además de que se ha convertido en toda una mujer adulta muy responsable. En 2020, presumió en su show lo siguiente: “Le han dado excelentes notas. Tiene un average (promedio) de A en estos momentos, así que estoy feliz”, dijo en ese entonces.


La partida de Mía a la universidad

Para Raúl y su esposa no fue nada sencillo dejar ir a su hija, quien ‘voló del nido’ en el otoño de 2018. La joven se mudó de Miami a Washington D.C. para hacer su sueño realidad y estudiar en una de las mejores universidades de Estados Unidos. Con todo lo que esto implicó, los padres de la joven tuvieron que hacerse a la idea de dejar que se independizara. Recientemente, Raúl confesó que él y su esposa tuvieron que tomar terapia. “Mia se estaba quejando de 20 mil cosas. Ella estaba en la universidad, que no quería que le llamaran todos los días”, explicó. Un tanto molesto, Raúl detalló lo caro que salieron estas sesiones.“He pagado no sé cuánto dinero para ir a (ver) a dos personas mayores, dos señores que nos dieron terapias”.

“Me dicen: ‘Mira, van a llamar a Mia una vez a la semana y ella los va a llamar a ustedes cuando ella quiera. No la pueden llamar todos los días porque a ella le molesta’. La terapia me costó como dos mil dólares, la bobería por tres semanas, que tuve que ir todos los días, después una vez a la semana. Mia también iba”. Al final, la terapia no fue tan efectiva, pues igual su hija los llamaba diario para pedriles ayuda con cosas de su día a día. “Cuando Mia llega a la universidad, te llama cada 10 minutos: ‘Necesito un Uber. No tengo la tarjeta trabajándome’”, contó ya con un tono más relajado.

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