Lola Tung —protagonista de The Summer I Turned Pretty— vuelve a convertirse en tema de conversación, esta vez no por un estreno o una alfombra roja, sino por un cambio sutil pero contundente en su imagen personal. La actriz fue vista recientemente en las calles de Nueva York, donde dejó atrás el tono café-chocolate con matices miel que había caracterizado su melena en meses pasados e incluso en el rodaje de la serie, para apostar por un color mucho más profundo, casi negro, con un acabado onyx que transforma por completo su presencia.
La melena oscura, favorita de las celebs
Recientemente hablamos del Rich Girl Brunette, una tendencia que desafía la popularidad de estilos con luces y decoloración para proponer un estilo más sobrio, natural pero también elegante. Lo vimos en celebridades como Kaia Gerber y Dua Lipa, y ahora Lola Tung se suma a la lista.
Este nuevo tono no solo enmarca su rostro de una manera más dramática, sino que también parece ser el parteaguas hacia una etapa más madura dentro de su narrativa pública. El cabello oscuro se asocia con fuerza, misterio y sofisticación, en Lola, le da una energía más segura y definida, alejándola ligeramente de la estética veraniega, juvenil y etérea con la que muchos la identificaron tras interpretar a Belly Conklin. Sin perder frescura, el cambio se siente intencional, casi como una declaración: una evolución natural tanto personal como estilística.
Lo interesante es que esta melena casi negra no desentona en absoluto con su ADN de estilo, sino que lo potencia. En su paso por Nueva York, Lola apostó por un look que navega entre lo grunge y lo girly de una manera súper divertida y jovial. La base del outfit tiene claras referencias rebeldes: una chaqueta de piel con herrajes metálicos, lentes oscuros de silueta alargada y pequeña que evoca un imaginario Matrix, y una paleta cromática profunda que dialoga perfectamente con su nuevo color de cabello.
Sin embargo, el conjunto no se queda en lo rudo. Como es característico en ella, hay una atención meticulosa al detalle que suaviza el look y lo vuelve femenino. Los aretes dorados le dan mucha luz al rostro, mientras que la bolsa —pequeña, con textura y aplicaciones de brillos— introduce un contraste delicado. Además la forma en que lleva el cabello, lacio y pulido, evita que el resultado se sienta descuidado. Es precisamente esta mezcla la que hace que Lola destaque: grunge, sí, pero siempre con un toque romántico y cuidado.
El nuevo tono oscuro también funciona como un lienzo perfecto para este tipo de estilismos urbanos y sofisticados. Resalta los accesorios, enfatiza las líneas del rostro y aporta un aire editorial incluso en un contexto casual como el street style. No es un cambio demasiado dramático, pero sí uno profundamente estratégico, que la alinea con una estética más fashion-forward y una narrativa de crecimiento.







