Cuando hablamos de estética corporal, es innegable que gran parte de las personas busque mantener una figura esbelta y tonificada. A lo largo de los años, han surgido prácticas y técnicas que prometen facilitar este proceso y que, en muchos casos, se colocan rápidamente en tendencia gracias a sus resultados visibles y a la accesibilidad que ofrecen.
En la actualidad, el bienestar se ha convertido en un tema prioritario, pero conviene recordar que no existen atajos mágicos. Ejemplo de ello es el auge de medicamentos como Ozempic o GLP-1, fármacos que inhiben el apetito para generar el déficit calórico necesario para bajar de peso. Aunque efectivos en ciertos casos, su uso sin supervisión médica no es recomendable.
En paralelo, han ganado gran popularidad alternativas como los masajes reductivos, los rollers corporales y los tratamientos de radiofrecuencia. Estos procedimientos, solicitados mayormente por mujeres, se presentan como herramientas complementarias para quienes desean mejorar su silueta, reducir la retención de líquidos o mantener un aspecto más firme.
Para profundizar en el tema, conversamos con Viznú Ferreira, especialista de Visage Aesthetic en Miami, quien nos explicó en qué consisten estos tratamientos, qué beneficios ofrecen y qué puntos debemos considerar antes de someternos a ellos.
Los primeros pasos
De acuerdo con Ferreira, todo tratamiento inicia con un diagnóstico personalizado: “Nosotros contamos con un escáner de composición corporal que nos arroja datos precisos sobre el paciente a través de bioimpedancia”, comenta la experta. Esta primera evaluación permite identificar necesidades reales y diseñar un plan acorde al estilo de vida de cada persona.
Además, Ferreira señala la importancia de distinguir entre tratamientos invasivos (como láser o microinyecciones) y no invasivos (radiofrecuencia, cavitación o masajes manuales). La diferencia radica en la profundidad del procedimiento y, por supuesto, en los resultados que se pueden esperar.
¿Qué son los masajes reductivos?
Los masajes reductivos se realizan de forma manual y no invasiva, mediante movimientos firmes, rápidos y profundos aplicados en zonas específicas como abdomen, piernas o brazos. A diferencia de un masaje relajante, su objetivo no es calmar el estrés, sino estimular la circulación sanguínea y linfática, favoreciendo la eliminación de líquidos retenidos y mejorando la oxigenación de los tejidos.
Entre sus beneficios destacan la disminución de la hinchazón, una piel de apariencia más uniforme y la sensación de mayor firmeza en la silueta.
¿Ayudan realmente a perder peso?
Aquí es importante aclarar un mito: pese a su nombre, los masajes reductivos no eliminan grasa localizada de manera definitiva. Lo que sí hacen es contribuir a una apariencia más estilizada, siempre y cuando se acompañen de actividad física, una alimentación balanceada y, en algunos casos, otros tratamientos estéticos.
La pérdida de grasa corporal solo ocurre cuando existe un déficit calórico (es decir, cuando el cuerpo gasta más energía de la que consume). Por lo tanto, los masajes deben considerarse un complemento estético y no un reemplazo de hábitos saludables.
Tratamientos orientados a resultados
La especialista enfatiza que antes de iniciar cualquier procedimiento se debe tener claro el objetivo: “Hay que considerar si el resultado que se busca es inmediato, como para un evento especial, o si se quiere un efecto a mediano o largo plazo. Además, es fundamental darle seguimiento”, explica Ferreira.
Un punto a favor de los masajes reductivos es su efecto desinflamatorio inmediato, que al movilizar líquidos acumulados produce una reducción temporal de medidas. A esto se suma que la estimulación mecánica puede ayudar a suavizar la apariencia de la celulitis y generar una sensación de ligereza en el cuerpo.
Los masajes reductores son una herramienta estética interesante para quienes buscan mejorar su figura y potenciar la confianza en su imagen. Sin embargo, es esencial entenderlos como parte de un enfoque integral de cuidado personal y no como una solución aislada.