Cada junio, mientras los parisinos se preparan para la llegada del buen tiempo, la apertura de terrazas y una agenda cultural vibrante, los headquarters de la UNESCO en la capital francesa abren sus puertas para uno de los eventos más destacados del ámbito científico, de la mano de L’Oréal Groupe. Se trata de los Premios Internacionales L’Oréal‑UNESCO «Para las Mujeres en la Ciencia 2025», una iniciativa que desde 1998 reconoce anualmente a cinco científicas excepcionales por su excelencia científica y su impacto global, sumado a que a nivel local cada país lleva a cabo sus premios cada año. Se trata de un programa que celebra a mujeres que se han convertido en referentes para futuras generaciones e inspiración para más mujeres en el mundo científico.
Un evento inolvidable
El pasado 12 de junio, desde París, el equipo de ¡HOLA! México & Américas vivió de primera mano esta 27ª edición que anunció con orgullo a las cinco galardonadas. Fueron seleccionadas entre 466 candidatas, tras un riguroso proceso de evaluación de un jurado internacional independiente, presidido por Artur Avila, profesor del Instituto de Matemáticas de la Universidad de Zúrich y Medalla Fields 2014. En el marco de este evento fue que tuvimos una exclusiva conversación con Pauline Avenel-Lam (Fondation L’Oréal Executive Director & L’Oréal Fund for Women Director) y María Teresa Dova (física de partículas y campos y ganadora del Premio Internacional L'Oréal-UNESCO Por las Mujeres en la Ciencia).
“Al principio se consideró premiar solo a una o dos científicas, pero finalmente se decidió seleccionar una por continente. Creo que fue la decisión correcta para abordar y promover verdaderamente la diversidad. Elegir una representante por continente es fundamental para visibilizar que la diversidad existe y que es clave. No se trata solo de valores o principios éticos; es una cuestión de progreso y excelencia científica. Necesitamos diversidad para encontrar las mejores soluciones para el mundo”, nos platicó en exclusiva Pauline Avenel‑Lam (Fondation L’Oréal Executive Director & L’Oréal Fund for Women Director).
Desde África y los Estados Árabes, la galardonada fue la Profesora Priscilla Baker, química analítica de la Universidad del Cabo Occidental, Sudáfrica. Reconocida por su desarrollo de microsensores electroquímicos de alta sensibilidad para detectar contaminantes ambientales, su investigación tiene aplicaciones en áreas clave como salud, energía, alimentación y farmacéutica.
Por Asia y el Pacífico, el reconocimiento fue para la Profesora Xiaoyun Wang, especialista en criptografía y matemáticas aplicadas de la Universidad de Tsinghua, Pekín, China. Su trabajo ha revolucionado el campo de la seguridad digital con avances como la identificación de fallos en funciones hash y el desarrollo de nuevos estándares criptográficos hoy ampliamente adoptados. Su influencia ha sido determinante en motivar a jóvenes mujeres a especializarse en matemáticas y ciberseguridad.
“Hoy en día, uno de los grandes problemas es que no promovemos ni destacamos lo suficiente el trabajo de las mujeres en la ciencia. No se les brinda el reconocimiento que merecen. Si le preguntas a alguien en la calle que nombre a un científico, probablemente mencionará a un hombre; y si logra recordar a una mujer, será la excepción. Justamente, el propósito de este premio es cambiar eso: visibilizar su labor para que el mundo conozca el extraordinario aporte que hacen", explica Pauline.
En una segunda exclusiva, conversamos con la galardonada de América Latina y el Caribe, la Profesora María Teresa Dova, física de partículas de la Universidad Nacional de La Plata y del CONICET, en Argentina. Fue reconocida por sus contribuciones a la física de altas energías, incluida su participación en el descubrimiento del bosón de Higgs y en investigaciones sobre rayos cósmicos. Su liderazgo ha impulsado la ciencia argentina en el plano internacional, así como su incansable labor como mentora.
“Desde que comencé mi camino en la física de altas energías, tuve el sueño de que lo que yo pudiera alcanzar fuera más grande que yo misma. Mis proyectos siempre estuvieron pensados para las generaciones futuras: abrir puertas, dar oportunidades”, nos cuenta María Teresa. “Las mujeres representan menos del 30% en la ciencia, y aún menos en disciplinas duras como la física. Para mí, la ciencia se trata de preguntas, y no solo eso sino las mejores preguntas. Para eso, al menos deberíamos tener una comunidad 50 y 50. Las mejores preguntas no surgen de un grupo homogéneo, sino de una comunidad diversa, con distintas perspectivas. Incluir a hombres y mujeres en la investigación brinda esas miradas diferentes. La pregunta es el punto de partida de la ciencia y de cualquier proceso de innovación”.
Pese a los avances, las cifras siguen mostrando una importante brecha de género: las mujeres representan solo el 31,1% de los investigadores a nivel mundial y apenas el 27,5% de los puestos académicos superiores en Europa. Desde 1901, menos del 4% de los premios Nobel en ciencias han sido otorgados a mujeres. Durante casi tres décadas, el programa L’Oréal-UNESCO “Mujeres en la Ciencia” ha buscado revertir esta realidad, apoyando a más de 4,700 científicas a nivel global en áreas como ciencias de la vida, medioambiente, matemáticas, ingeniería e informática. Además del reconocimiento a figuras consolidadas, la iniciativa respalda anualmente a más de 250 jóvenes investigadoras en doctorado y posdoctorado mediante el Programa de Talentos Jóvenes, presente en más de 140 países. En estos 27 años, 137 científicas han sido galardonadas internacionalmente, y siete de ellas han recibido luego el Nobel.
“Necesitamos referentes visibles para inspirar a la próxima generación, para que puedan imaginarse a sí mismas como científicas, porque ven a estas mujeres extraordinarias. Eso es lo que buscamos con este premio: mostrar que estas mujeres son modelos a seguir. Existen también desafíos muy específicos dentro del mundo científico. Por ejemplo, los tiempos de trabajo: las jornadas son largas y exigentes, y cuando una mujer desea formar una familia, la situación se vuelve compleja. Durante el embarazo no siempre es posible publicar, y en la investigación existe una carrera constante por publicar. Ese período sin producción puede afectar seriamente su trayectoria profesional. Además, en 2023 publicamos junto a Ipsos un estudio que reveló un problema grave: una de cada dos mujeres científicas ha sufrido acoso sexual en su lugar de trabajo. Por eso es fundamental construir entornos laborales inclusivos y seguros. Hay muchos frentes que debemos atender, pero si trabajamos en todos ellos de manera conjunta, es probable que logremos una verdadera mejora”, continúa Avenel-Lam.
En palabras de María Teresa Dova: “Más allá de las acciones personales, creo que es fundamental impulsar acciones colectivas desde los gobiernos. Es clave incentivar las vocaciones científicas desde edades tempranas y desarrollar políticas que apoyen a las jóvenes científicas que están en los primeros años de su carrera, etapa que muchas veces coincide con el deseo de formar una familia. Un ejemplo sería la implementación de licencias por paternidad que puedan ser elegidas tanto por hombres como por mujeres, para que ambas partes de la pareja puedan desarrollarse profesionalmente". En representación de Europa, la Profesora Claudia Felser, física de la materia condensada del Instituto Max Planck de Física Química de Sólidos, Alemania, fue premiada por descubrir y diseñar nuevos materiales magnéticos con aplicaciones en tecnologías de energía verde.
Finalmente, desde América del Norte, la Profesora Barbara Finlayson-Pitts, experta en ciencia ambiental de la Universidad de California, Irvine, EE. UU., fue reconocida por su investigación sobre los procesos moleculares detrás de la contaminación atmosférica, particularmente el smog fotoquímico. Su trabajo ha influido en políticas públicas sobre calidad del aire y destaca además por su fuerte compromiso como mentora.
Nuevas oportunidades
En el marco de esta iniciativa también conocimos el programa For Girls in Science, una propuesta de la Fundación L’Oréal que combate estereotipos, muestra referentes femeninos en el ámbito científico y visibiliza la diversidad de trayectorias posibles. Ofrece desde apoyo escolar en materias STEM, hasta talleres de confianza en sí mismas y habilidades de comunicación para empoderarlas y acercarlas al mundo científico.
“Desde muy temprana edad, las niñas reciben una gran cantidad de mensajes —desde la familia, la sociedad, los medios— que las alejan de las carreras científicas. Es un problema complejo, cuyas raíces están profundamente ligadas a la estructura social. Y mientras esa estructura no cambie, cualquier acción que tomemos tendrá impacto, sí, pero seguirá siendo limitada”, señala María Teresa.
“Estoy convencida de que esta no puede ser una responsabilidad exclusiva de la Fundación L’Oréal o de la UNESCO. Es esencial que se sumen también las instituciones educativas, las autoridades públicas, el sector privado, la filantropía y la sociedad en su conjunto. Si todos asumimos que se trata de un problema real —porque el mundo necesita ciencia, y la ciencia necesita mujeres— y trabajamos unidos, entonces sí, tengo esperanza y soy optimista. Pero si el esfuerzo recae únicamente en L’Oréal y UNESCO, por más valioso que sea lo que ya se ha logrado, no será suficiente. Solo un compromiso colectivo puede impulsar un cambio verdaderamente duradero”, concluye Pauline.