Cocina Ext.

Santuarios para adictos... al chocolate o al café

Triunfan en España un nuevo concepto de locales de diseño donde lo mismo se puede comer, que tomar un café o pasar una tarde de compras

El Templo del Café de Madrid, un local para los cafeteros más exigentes.

En Barcelona, Cacao Sampaka es el lugar de encuentro de los chocoadictos más cool.


Algunos parecen verdaderos museos para gourmets donde se exponen las más exóticas variedades de cafés, tés o chocolates, pero en realidad son un nuevo concepto de establecimiento que integra armoniosamente tiendas, restaurantes e, incluso, improvisadas exposiciones de muebles y accesorios de diseño, que se pueden adquirir mientras se degusta, por ejemplo, una deliciosa taza de café con guaraná.

Son los nuevos locales de delicatessen puestos al día, en los que los más sibaritas pueden dar rienda suelta a sus más ocultas debilidades gastronómicas. ¿Qué usted es un adicto al chocolate? Pues no tiene más que darse una vuelta por Cacao Sampaka (Consell de Cent, 292) o por Xocoa (carrer D´en Bot, 4), dos locales barceloneses a la última que se han convertido en lugar de encuentro de los chocoadictos más cool. Bombones rellenos de flores o infusiones, infinidad de variedades de tabletas de chocolate, salsas, confituras... todos los productos derivados del cacao que usted pueda imaginar.

Si usted, por el contrario, es de los que ‘alcanza el éxtasis’ tomando una aromática taza de café de Burundi, entonces, no deje de pasar por el madrileño Templo del Café (calle Fuencarral, 19), verdadero santuario para los amantes de la cafeína en sus más variadas versiones: Kenia, Burundi, Colombia, Brasil, Costa Rica, Guatemala, Uganda o Jamaica.
Se trata de un local de ambiente étnico, cuya agradable decoración recrea la cultura de los países cafeteros por excelencia, con el atractivo de que todo lo que está a la vista es susceptible de ser comprado: desde la más amplia gama de tés o cafés, pasando por su mobiliario de diseño, su exótica colección de máscaras, las esculturas, la música o, incluso, las plantas. Si a esto añadimos la posibilidad de comer en su restaurante con una carta cuyos platos presentan algún toque de café o té, los muy cafeteros a buen seguro que disfrutarán de su oferta.