El final del verano suele marcar también un cambio de armario, y Sassa de Osma lo sabe bien. Tras pasar las últimas semanas entre Mallorca, las islas griegas y Suiza —dejando tras de sí una estela de estilismos fáciles de copiar e inspiradores para cualquier escapada— la princesa de Hannover ha regresado a Madrid y a la rutina, con looks de entretiempo que capturan ese equilibrio entre lo atemporal y las tendencias.
Su último conjunto lo confirma: un look pijamero en color negro de su propia firma, Philippa 1970, con el que acudió a una cena íntima con amigas en un jardín iluminado por velas. Sassa compartió a través de su cuenta de Instagram unas instantáneas muy naturales donde se la ve disfrutando de la velada.
El look está compuesto por la camisa Astin (240 euros), un diseño de manga larga con cuello clásico y vivos en blanco que, de no ser por sus espectaculares mangas abullonadas bordadas en motivos paisley, podría confundirse con una camisa de pijama de lujo. La acompaña la falda Astin (240 euros), larga, fluida y adornada con delicados bordados en el bajo, que incorpora un fruncido frontal pensado para estilizar la silueta y transformar lo que podría ser un simple conjunto nocturno en pura tendencia.
Como toque final, Sassa eligió un bolso negro de Moi & Sass, su otra marca de accesorios de la que es fundadora con su amiga Moira Laporta.
Sassa, con su estilo clásico pero actual, suele sumarse a las tendencias de forma sutil, nunca exagerada o llevándolo al extremo. Esta en concreto —que juega con la idea de llevar a la calle piezas que recuerdan a la hora de irse a dormir— lleva años reimaginándose. Paul Poiret ya liberó a las mujeres de los corsés a principios del siglo XX con prendas fluidas que recordaban a la ropa de estar por casa. Décadas después, Coco Chanel consolidó la idea de que un pantalón de seda o una camisa amplia podían tener cabida en la vida social. Más recientemente, firmas como Dolce & Gabbana, Prada o Marc Jacobs han llevado el pijama a la pasarela, con propuestas que lo dotan de lujo, bordados y un aire deliberadamente relajado. El auge más sonado llegó en torno a 2016, cuando celebridades como Rihanna o Gigi Hadid lo popularizaron en alfombras rojas y en el street style. Recientemente, hemos visto a Olympia de Grecia lucir un look pijamero en las calles de Nueva York durante la semana de la moda.
Hoy, la tendencia se mantiene en un punto medio: ya no es una excentricidad, pero tampoco ha perdido su halo de rebeldía. Lo que propone Sassa con Philippa 1970 es una versión depurada y femenina, que funciona tanto en clave nocturna como en un look de día bien conjuntado.