Treinta años no se cumplen todos los días, pero si eres Dua Lipa, los recibes con privilegio y con un vestido que parece más bien un manifiesto vital. La artista ha soplado sus velas en Jamaica —sí, han cruzado el charco desde Ibiza— en una cena romántica con su novio y prometido Callum Turner, rodeada de una gran tarta de chocolate y un vestido que brilla más que cualquier bengala con el número 30: el modelo Estrella Flora, de la firma neoyorquina Mirror Palais. Una pieza burdeos hecha a mano en crochet, bordada con lentejuelas y tan etérea que parece tejido con la luz del Caribe.
Lo llaman naked dress, pero en este caso es casi un lienzo convertido en escultura. Con cuello halter y una silueta ajustada, Dua ha logrado ese difícil equilibrio entre sensualidad y sofisticación que pocas dominan. Porque, si los 20 son para experimentar, los 30 parecen ser para perfeccionar. Y nada lo expresa mejor que un vestido con forro desmontable y cuello extraíble: la moda como metáfora de una mujer que se sabe versátil, camaleónica y, sobre todo, dueña absoluta de su narrativa.
Durante semanas, la cantante venía calentando motores en Ibiza —con vestidos de Jacquemus y un diseño de malla de GCDS que encendieron Instagram—, pero el gran momento ha llegado en Jamaica, donde ha cambiado el Mediterráneo por el Caribe. Paseos por la naturaleza, sesiones de snorkel y una desconexión a medida del paraíso han sido el telón de fondo de su celebración. Y lo ha hecho con un look que parece decir: he bailado en clubs, he llenado estadios, he vivido mis 20 a toda velocidad, y hoy elijo un vestido que corta la respiración.
El crochet, que tradicionalmente se asocia a lo artesanal o a lo bohemio, en manos de Mirror Palais se convierte en alta costura. Y en el cuerpo de Dua, en declaración de intenciones. Como si cada punto tejido llevara cosido un recuerdo: de los pequeños escenarios de Londres a los sold outs en Wembley, de sus primeras canciones al fenómeno global que es hoy. No hay vestido atrevido o bikini que se le resista.
En su Instagram, además del look, ha compartido una carta de agradecimiento. En ella recuerda que sus 20 han sido “pura magia”, con sus desafíos y momentos incómodos, pero llenos de amor, aprendizaje y éxito. Y brinda por los próximos 30, con una promesa: lo mejor está por venir.
No lo dice al azar. Dua Lipa empieza septiembre retomando su gira mundial Radical Optimism, con su primer concierto en Toronto y decenas de fechas en Canadá, EE. UU. y Latinoamérica. Además, sigue volcada en Service95, su plataforma de contenidos y club de lectura, y en el Sunny Hill Festival, el evento musical que organiza junto a su padre en Kosovo. “Amo esta vida, amo este viaje y nunca lo doy por sentado ni un solo momento”, ha confesado. El look de cumpleaños, en este sentido, es casi un símbolo: delicado y fuerte, artesanal y global, transparente y poderoso. Como su propia carrera.
El estilismo no termina en el vestido: uñas blooming multicolor, joyas que mezclan dorado y plateado y su melena azabache con raya en medio completan un conjunto que parece diseñado no solo para una fiesta de cumpleaños, sino para abrir un capítulo entero. En un mundo donde muchas cumplen 30 con miedo al vértigo del calendario, Dua Lipa lo ha hecho con un vestido que literalmente desnuda la edad de prejuicios y la viste de lentejuelas. Y si alguien dudaba de que la treintena podía ser sexy, libre y poderosa, Dua Lipa acaba de dar la mejor respuesta: en crochet, en Jamaica y con chocolate.