Hay muchas combinaciones que no necesitan ser explicadas, simplemente sientan bien. A veces, con un detalle es suficiente, ese destello que puede cambiar por completo un look de básicos. Este es el caso de las joyas doradas, que quedan bien con absolutamente cualquier conjunto y en todos los planes, sean elaborados o casuales. ¿Eres más de plata que de oro? Hemos venido a convencerte de dar el salto al bando contrario este verano e incluso, de atreverte a mezclar. En este artículo, te enseñamos cómo estas piezas acompañan y transforman combinaciones sencillas y fáciles de copiar, que seguramente tengas en tu armario.
Las joyas doradas encajan con cualquier look, elevando hasta los más sencillos. Imagínate una camisa clásica con una falda larga, que puede ser satinada. ¿No es acaso el estilismo perfecto para ir a la oficina? Tal vez se queda un poco soso, y es por ello que añadir unas joyas doradas va a sumarle un aspecto cálido y alegre, aparte de elegante.
El look más repetido cada verano se compone de un top especial, ya sea bordado, estampado o con un escote llamativo, y unas bermudas vaqueras. Este tipo de conjuntos se elevan y se ven más sofisticados con joyería dorada. Prueba con un chokery algún brazalete grueso, y mejor aún si incorporas sandalias con toques dorados, como tachuelas o anillos.
Joyas doradas con un conjunto amarillo mantequilla
El amarillo pastel o mantequilla es una tonalidad que favorece mucho en verano, potenciando el bronceado instantáneamente. Con joyas doradas, este color se ve aún más especial; en otras palabras, se refuerza este efecto visual. Además, como lleva Marta en la imagen, los collares pueden tener piedras de color, para romper con el esquema monocromático.
El total look negro cede absoluto protagonismo a los accesorios. Unas joyas doradas rompen con esa oscuridad y pueden dictar si este estilismo es más o menos sofisticado. ¿Quieres elevarlo sin excederte? Elige unos pendientes de inspiración vintage y poco más. Para ocasiones más formales, añade varios anillos con piedras y formas, brazaletes y hasta un colgante.
Una camiseta blanca no siempre tiene que combinarse con vaqueros. Una minifalda de un color neutro puede darle ese toque femenino necesario para el verano sin caer en estridencias, en caso de que tu estilo sea sumamente minimalista. Las joyas doradas son el tercer y último elemento necesario para que esta fórmula funcione a la perfección.
Del mismo modo que el amarillo mantequilla enfatiza el bronceado, el blanco puro hace que te veas el doble de morena. Lo que nos gusta un vestido de estilo ibicenco no está escrito, pero puede verse incluso mejor añadiendo joyas doradas para adaptarlo del día a la noche. El oro resalta con fuerza sobre el blanco, creando un contraste único, que solemos ver únicamente en los looks de verano.