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El idílico viñedo Wölffer Estate Vineyard, en pleno corazón de Los Hamptons (Nueva York), ha sido el escenario perfecto para el esperado reencuentro de dos figuras emblemáticas de la alta sociedad y el estilo contemporáneo: Kitty Spencer y Nicky Hilton. La aristocracia británica y la “nobleza” neoyorquina se han encontrado para demostrar que, aunque separadas por un océano, comparten un gusto exquisito por el quiet luxury.
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Kitty Spencer, sobrina de Lady Di, ha elegido un traje de lino color topo que bien podría ser la versión sartorial de un buen vino añejo: clásico, con cuerpo y un toque inesperadamente fresco. Lo ha combinado con un top blanco y un cinturón marrón trenzado que aporta ese detalle artesanal que marca la diferencia. Sus mules veraniegos completan el look con la comodidad que exige el verano neoyorquino, un guiño perfecto a la sutil sofisticación que domina en Los Hamptons.
Nicky Hilton, habitual en las portadas de estilo y heredera de una dinastía que no solo construyó hoteles, sino también un imperio fashionista, ha brillado con un vestido blanco femenino y romántico. El blazer azul de lino añade un aire náutico, como un pequeño homenaje a la cercanía del Atlántico, mientras que el bolso marrón claro y los zapatos de ante a juego sellan un look perfecto.
La cena, donde también ha estado presente Candace Bushnell, la mente creativa tras Sexo en Nueva York, serie que ha marcado un antes y un después en la moda, y Ricardo Stefanelli, CEO de Brunello Cuccinelli (marca organizadora del evento), ha sido más que una simple reunión social, ha sido una mezcla de legado, estilo y modernidad.
Entre viñas, risas y looks de verano, Kitty y Nicky han demostrado que la nobleza no solo se lleva en los apellidos, sino en la manera de vestir y disfrutar el presente.