En una Roma teñida de sol y glamour, Kitty Spencer ha vuelto a demostrar que el estilo puede ser herencia tanto genética como cultural. La sobrina de Diana de Gales acudió a un exclusivo evento de Aquazzura, firma de la que es embajadora, enfundada en un vestido que, más allá de su silueta, rindió un homenaje sutil pero elocuente a su tía. El escote halter que conquistó a Lady Di en los 90 estaba presente.
Lady Diana, cuya evolución estilística la convirtió en un icono global, halló en el escote halter uno de sus grandes aliados. No solo porque abrazaba con gracia su atlética complexión y alargaba el cuello con gracia, sino porque simbolizaba esa transición de “princesa de cuento” a mujer soberana de su propia imagen. En sus años más libres, los del ‘revenge dress’ y los deslumbrantes vestidos de noche firmados por Versace o Catherine Walker, Diana recurrió con frecuencia al halter como declaración de fuerza silenciosa. Y Kitty, casi tres décadas después, recoge ese legado.
Kitty Spencer, entre Alta Sociedad y Alta Costura
A sus 33 años, Lady Kitty Eleanor Spencer ha trazado un camino propio en el complejo tablero de la aristocracia moderna. Primogénita del conde Charles Spencer (hermano de Diana) y de la modelo Victoria Lockwood, Kitty creció entre Sudáfrica y el Reino Unido, y hoy encarna esa nueva nobleza que dialoga con la moda desde dentro. Ha sido imagen de Dolce & Gabbana, protagonista de editoriales en Town & Country, Tatler o Hello! Fashion, y embajadora de casas que aúnan savoir-faire y sofisticación como Bulgari o Aquazzura. En 2021, su boda en Roma, con un impresionante vestido victoriano de encaje de de Dolce & Gabbana, selló su rol como aristócrata de la era digital y musa contemporánea.
Durante un viaje de Aquazzura en Roma, Spencer apostó por un vestido amarillo pálido, de corte relajado y estampado floral tan sutil como romántico. La atención, sin embargo, se dirigía inevitablemente al escote: halter, con una lazada delicada en la nuca, que dejaba al descubierto los hombros y evocaba instantáneamente algunos de los looks más memorables de Diana. El diseño parecía flotar sobre su figura como una acuarela, en sintonía con el espíritu veraniego del evento y la frescura romántica que tanto gusta a la casa italiana fundada por Edgardo Osorio.
El escote halter: cuando la moda es un guiño "real"
Lady Diana recurrió en varias ocasiones al escote halter, ese corte que enmarca los hombros y deja la espalda al aire. Entre sus apariciones más célebres con este tipo de escote se encuentra un vestido negro de terciopelo con espalda descubierta que llevó en 1995 a una gala benéfica en Londres, obra de Catherine Walker, su diseñadora de cabecera. También figura en su archivo un vestido rojo de seda diseñado por Bruce Oldfield, lucido durante una gala en 1985, y un conjunto azul claro de inspiración griega, también de Walker, que llevó en giras internacionales. Cada uno de estos looks mostraba a una Diana segura de sí misma, cada vez más alejada de la rigidez de los protocolos palaciegos.
Y cómo olvidar la icónica sesión de fotos de 1991 con Patrick Demarchelier, donde la princesa posó con un vestido blanco de líneas limpias en una imagen que cristalizó su transformación estilística: la mujer que había dejado de ser un maniquí real para convertirse en una fuerza simbólica.
Aunque los vestidos palabra de honor y los escotes en V dominaban su armario de gala, en la época de los 90 Diana sintió predilección por el cuello halter. Hay numerosas fotos de archivo que muestran su inclinación por este diseño.
La elección de Kitty, por tanto, no parece accidental. No solo por la evidente conexión estética, sino porque el escote halter, en clave actual, funciona como un guiño íntimo a Lady Di, que revolucionó la estética de la realeza sin decir una palabra de más.